En 1804 William Shaler comenzó a escribir su Diario sobre su viaje entre China y la costa noroeste de América. En este plasmó lo encantado que quedó con las posibilidades que ofrecía el territorio californiano, al cual consideraba mal explotado por España.
El tipo de relatos que se basan en un “se dice que” asignaron a un ahuehuete en Popotla, sobre la México-Tacuba, el lugar donde supuestamente Hernán Cortés habría llorado su derrota ante los mexicas hace cinco siglos, el 30 junio de 1520.
La antigua calzada de Tlacopan (que todavía hoy lleva hacia el pueblo de Tacuba y Azcapotzalco) existe desde antes de 1325, año considerado oficialmente como el de la fundación de Tenochtitlan. Fue una de las tres grandes vías que comunicaban al islote mexica con tierra firme. De las otras dos, una iba hacia el norte, a Tepeyac, y la otra al oriente, hacia Iztapalapa.
Uno de los presidentes más caricaturizados de nuestra historia es Sebastián Lerdo de Tejada, quien, no obstante, jamás reprimió ni menospreció a la prensa ni a los caricaturistas, a pesar de los retratos brutales que le hacían.
Con la boyante industria minera de mediados del siglo XIX como fondo, este drama ambientado en Guanajuato refleja la belleza barroca de esta ciudad y el entorno natural que la rodea, así como algunos hábitos y costumbres de su gente.
Para 1903 el cine como espectáculo tiene un ligero desliz que, sin embargo, es aprovechado por el empresario galo Ernesto Pugibet, quien en mayo de ese año inicia las diligencias para poner, en el costado oriente de la Alameda de Ciudad de México, un cinematógrafo al aire libre al que pudiera asistir todo tipo de público, incluso de forma gratuita… o casi.
Rosa King desocupó su hotel Bella Vista debido a la violencia e inestabilidad provocada por la Revolución. Volvería años después, aunque ya no como dueña, a pasar varias temporadas hospedada en él.
Esa fue la última batalla que peleé contra los mexicanos. Las tropas de los Estados Unidos nos siguieron continuamente desde este momento hasta que se hizo el tratado [en 1886] con el general [Nelson A.] Miles en Skeleton Canyon.
Justo cuando daba la orden de avanzar, apunté directamente al general y este cayó. En un instante, el suelo a mi alrededor fue acribillado a balazos, pero no me tocaron. Los apaches veían la escena y a lo largo de las zanjas surgió el feroz grito de guerra de mi pueblo.
Nos reagrupamos en Casas Grandes para acordar un tratado de paz. Nos dimos la mano y prometimos ser hermanos. Luego empezamos a comerciar y los mexicanos nos dieron mezcal. Muy pronto, casi todos los indios estaban borrachos. Entonces, dos compañías de tropas mexicanas nos atacaron.