Realizada por Roberto Gavaldón en 1951, esta cinta se enmarca dentro de un incipiente cine negro mexicano que emulaba la exitosa filmografía gansteril estadounidense de las décadas anteriores.
Estrenado en 1951, este filme aborda la tensión generada por el complejo de inferioridad de algunos sectores de la sociedad mexicana ante el modelo de vida estadounidense.
Dirigido por el español Luis Buñuel, este filme se rodó en México en casi dos meses, entre 1952 y 1953. Actuaron Arturo de Córdova, Delia Garcés, Luis Beristáin, Rafael Banquells y Fernando Casanova. La fotografía corrió a cargo de Gabriel Figueroa y el guion es de Luis Alcoriza y del propio realizador.
Película de Miguel Littín (1977) filmada en México, Cuba y Francia, con Nelson Villagra, Ernesto Gómez Cruz, Katy Jurado, Salvador Sánchez y Alain Cuny, sobre la novela homónima de Alejo Carpentier.
Ignacio López Tarso da vida al pregonero Dionisio Pinzón en El gallo de oro. Por su parte, la actriz y cantante Lucha Villa encarnó a la briosa Caponera.
El cineasta Adolfo Best-Maugard dirigió la reconocida película La mancha de sangre (México, 1937), censurada, entre otros aspectos, por el erotismo de sus escenas.
Después de terminar su sermón con gritos y en una actitud hostil, el pastor Shannon es separado de su cargo tras ser acusado de pederastia. En seguida es internado en una clínica psiquiátrica y luego viaja a Puerto Vallarta, Jalisco, en un esfuerzo por resarcir su vida, aunque lo que parece buscar es evadir su realidad hasta perderse, no sin antes intentar redimirse mientras se refleja en una iguana a la que libera después de permanecer atada.
Para apreciar la costa mexicana de Puerto Vallarta en los años sesenta, así como las espléndidas actuaciones de sus protagonistas vea el tráiler de la película.
Reseña del libro Los muros invisibles. Las mujeres novohispanas y la imposible igualdad. Autora: Pilar Gonzalbo Aizpuru. México, El Colegio de México, 2016, 364 p. Precio: $275.00
La llegada de Almada a los Medias Rojas de Boston fue circunstancial, pues el gerente del equipo, Eddie Collins, había acudido a comprar a otro jugador de los Indios de Seattle. Le gustó tanto Mel que terminó fichando a los dos.