México otorgó permisos a europeos para asentarse en territorio nacional, con la intención de frenar las ambiciones de estadounidenses. Sin embargo, hubo franceses, como Raousset-Boulbon, que buscaron hacerse con territorio y establecer un gobierno propio. Así, poblaciones de Sonora y Baja California fueron tomadas por filibusteros, en parte también porque el control del Estado mexicano sobre sus entidades era limitado. Sin embargo, en ocasiones los habitantes se coordinaban, incluso militarmente, para expulsarlos.