Una celebración que recuerda la resistencia indígena en el siglo XVI
Cada año, en centenarios pueblos zacatecanos se celebra la fiesta de los tastuanes, personajes disfrazados, enmascarados para representar algo que se asemeja a una tragedia o una catarsis histórica. En medio de esta compleja presencia simbólica, recuerdan la Guerra del Mixtón con una de las llamadas danzas de la Conquista.
Sabemos que los chichimecas vivieron en el norte de lo que hoy es México, en un gran territorio que, se acepta, comienza en nuestro país en el Trópico de Cáncer y llega al sur de lo que actualmente es Estados Unidos de América. Es un espacio enorme que la arqueóloga Beatriz Braniff Cornejo propuso se llamara la Gran Chichimeca. Ahí “vivió gente con diferentes tipos de subsistencias: cultivadores, cazadores, recolectores, pescadores, etcétera”.
La más grande rebelión indígena de la época colonial
La Guerra del Mixtón se conmemora hasta hoy con la fiesta de los tastuanes que tiene lugar en los municipios zacatecanos de Juchipila, Jalpa, Moyahua y Apozol, donde los lugareños recuerdan el hecho con la misma danza con la que sus antepasados declararon la guerra contra la invasión española.
En una de las profecías que advertían a Moctezuma del fin de su imperio, se decía que el tlatoani, al mirar por el espejo que tenía en la frente el ave que le llevaron, había visto “jinetes que cabalgaban en una especie de venados sin cuernos y en actitud de combate”.
Cortés le contó al rey de España, un año después, en su Segunda carta de relación, que en su primer encuentro con Moctezuma, este aceptó poner a su disposición todo lo que poseía por considerarlo el enviado de “un gran señor”.
Una anécdota muy difundida e inverosímil sobre Alvarado cuenta que huyó en la Noche Triste tras colocar su lanza en un canal de Tenochtitlan, el cual brincó de forma similar al salto de garrocha actual.
Dos relatos fundamentales en voz de los protagonistas y testigos primarios de la historia
Tras la conquista militar de Tenochtitlan hubo varios intentos por conocer a quienes desde ese momento quedarían bajo el dominio de los españoles. Los mexicas controlaban gran parte del territorio que hoy es México; a algunos pueblos vecinos los habían derrotado y conquistado por medio de la guerra, mientras que con otros tenían alianzas basadas en el parentesco, generalmente mediante el matrimonio de sus personajes nobles con los de los coaligados. Cuando los mexicas fueron derrotados, en 1521, comenzó un proceso de sometimiento a nuevas formas de organización social, económica, política e ideológica.
Cortés participó en la conquista de Cuba y desde esta isla caribeña consolidó su posición económica, además de diversificar sus negocios y relaciones con la élite política y financiera. Sin embargo, ahora sabemos que la exploración y explotación de los recursos americanos fueron una empresa social y económica compartida por grupos y no solo por individuos. Por lo que es importante poner atención en el papel financiero que tuvo la élite burocrática de Cuba y los comerciantes sevillanos en la expedición a Yucatán de 1519 y en el proceso que concluyó con la conquista de México-Tenochtitlan.
La historiografía nacionalista posrevolucionaria recrea la figura de Cuauhtémoc no tanto como potentado mexica, sino como víctima de los abusos de los conquistadores.
Cuitláhuac fue el gobernante de Tenochtitlan durante un momento crucial de la guerra contra el ejército castellano. Aquí se esbozan algunas de las principales referencias en las fuentes para reflexionar sobre su figura histórica, el contexto en el que debió asumir el poder político y algunas interpretaciones de sus actos durante el periodo en el que rigió los destinos de los pobladores de la cuenca lacustre del altiplano mesoamericano, entre 1519 y 1520.