En 1792, durante la Revolución francesa, los parisinos derribaron la estatua de Luis XIV. Años después, en la misma plaza, Napoleón Bonaparte erigió la famosa columna dedicada a la grandeza de Francia (es decir, a él mismo). Pero durante la guerra civil de 1871, la Vendôme fue demolida por decisión del pueblo de París –que se había constituido en gobierno–, por ser un monumento a la fuerza bruta, la falsa gloria y el militarismo.