Notas sobre la enfermería fue una publicación que revolucionó la metodología para dar asistencia. En este texto de 1859, Florence Nightingale compiló todos sus años de experiencia y aguda observación para mejorar el cuidado de los convalecientes, prestando atención tanto al aspecto físico y mental, como al ambiental.

Nacida en 1820 en Francia, de joven experimentó que los horrores no tenían nacionalidad y que todos los grandes ejércitos de las potencias enviaban a sus tropas a destrozarse unas a otras. Por ello, el oficio de auxiliar fue asumido por asociaciones altruistas como las Hermanas de la Caridad, de quienes aprendió las bases fundamentales de la enfermería, aunque también les criticó que no era necesario el uso obligatorio del hábito para practicar esta labor, sino el laicismo y el estudio.

También notó que el extraordinario trabajo realizado por ellas carecía de medidas de higiene, como el lavado de manos y el constante cambio de vendas. Por lo tanto, una de sus primeras victorias fue que estas se volvieran rutinarias y hoy sean consideradas básicas. También el intervenir con autonomía de los médicos, ya que para ella el cuidado del enfermo no solo implica acatar las instrucciones de estos.

Sus acciones pronto se convirtieron en un manual no solo para el cuidado profesional, sino también para las madres de familia que cuidaban de algún enfermo o accidentado en casa. Por otra parte, el poner atención a la luz, al ruido o la ventilación, así como el desecho adecuado de los excrementos, se implementarían regularmente en el cuidado de los asistidos. Esta situación sigue evolucionando y hoy es llamada teoría del entorno entre los practicantes de la salud.

En el aspecto comunicativo, Nightingale resaltó que la enfermera debe estar atenta, no mostrar signos de prisa, evitar gesticular y colocarse en un lugar visualmente cómodo para el paciente. La sensación de comprensión y respeto fue considerada por ella como un elemento básico en el cuidado de la salud. A pesar de todos los reconocimientos y que ya era vista como una institución, Nightingale siempre se asumió como una observadora de campo. Procuró realizar notas, experimentar, comparar números y todo lo relacionado con un espíritu crítico y científico.

Nightingale falleció el 13 de agosto de 1910. Actualmente el Comité Internacional de la Cruz Roja otorga cada dos años la Medalla Florence Nightingale a hombres y mujeres de trayectoria excepcional como auxiliares voluntarios.

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