En parte de su documental sobre nuestro país, Eisenstein tuvo la intención de mostrar el ritual taurino dentro y fuera del ruedo; sin embargo, la crítica expuso que no fue certero en su visión.
Se trata de ¡Que viva México!, documental fílmico del director ruso Serguéi M. Eisenstein. Una obra que, por su temática y con el transcurrir del tiempo, se convertiría en una pieza clásica del cine nacional; y sus propuestas, en estereotipos mexicanos.
Durante el siglo XIX, la historiografía jalisciense cinceló la idea de una antigua federación prehispánica llamada Chimalhuacán, la cual habría unido a varios poblados occidentales, a semejanza de la de Tlaxcala. Aunque no se comprobó, connotados historiadores difundieron tal versión.
En el siglo XIX, tal vez con ánimo de compensar la carencia, en tiempos prehispánicos, de un anhelado centro urbano de gran prestigio, como tantos que hay en el centro y sureste de México, lo que al parecer lesionaba al nacionalismo jalisciense de ese tiempo, hubo quienes desarrollaron, con más imaginación y buenos deseos que trabajo heurístico formal, la idea de que Jalisco tenía fuertes antecedentes federalistas.
La comunidad de Tlacolula se volcó en multitudes para ver a sus estrellas. El más asediado fue, sin duda, Antonio Aguilar, pero también llamaron la atención de los curiosos Columba Domínguez, Flor Silvestre y el japonés de amable sonrisa, nada menos que Toshiro Mifune, el actor predilecto del director Akira Kurosawa y quien aceptaba gustoso tomarse fotos con los vecinos.
Amigos, les recordamos que hoy a las 18:00 horas, el Dr. Leonardo López Luján impartirá y coordinará una conferencia en vivo sobre "La enseñanza en México de la conservación arqueológica". Transmisión gratuita por las redes de El Colegio Nacional.
El primer gran descubrimiento en materia de bebidas espirituosas fue el pulque, producto milenario que se remonta a los primeros días del sedentarismo de otomíes, chichimecas y nahuas.
Para 1986, con el transcurrir de la contienda mundialista, el balón Azteca (que dejó atrás la era del cuero y fue el primero hecho de material sintético) se convirtió en uno mismo con Maradona. Rápido, preciso, engañoso. Fue cómplice del campeonato argentino.
En el mundial de 1986 apareció la última mascota futbolera mexicana hasta el momento: Pique. Este personaje vistió de manera similar al Juanito de 1970, aunque ahora era un chile jalapeño bigotudo quien portaba la playera del combinado nacional.
A Huerta le gustaba la vida de militar, no como a los otros de su generación que desarrollaron su trayectoria dentro de la burocracia del Ejército o fuera de ella.
El “viejo” Huerta, sin familiares ni padrinos en la capital, hizo la carrera de ingeniero en el Colegio Militar, en donde estrechó lazos con una generación de oficiales con quienes compartiría los campos de batalla y las lides políticas, hasta llegar a la cúspide militar nacional.