El actual Cerro de la Estrella en la Ciudad de México ha sido escenario principal de dos rituales que muestran el fervor religioso de quienes han habitado estas tierras. En la época prehispánica ahí se celebraba cada 52 años la ceremonia del Fuego Nuevo, en la cual era sacrificado un cautivo sacándole el corazón. Tres siglos después, los pobladores peregrinaban hacia sus faldas para venerar al Señor de la Cuevita, lo que décadas después devino en la famosa representación popular de la Pasión de Cristo.
Cada año, durante Semana Santa, la catedral de San Francisco en Campeche revive parte de su pasado mediante la celebración de una de las manifestaciones más populares y ricas de la región: la multitudinaria procesión del Santo Sepulcro, que en estos lares es tan antigua como los orígenes de esa ciudad y que se ha enriquecido gracias a los fieles dispuestos a continuar su celebración.
La monja guatemalteca María Teresa de la Santísima Trinidad obtuvo fama a partir de que en la Semana Santa de 1816 sufrió arrebatos místicos que le produjeron estigmas en pies y manos.
El mito criollo fue reelaborado en 1750 por Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, conocedor de los papeles de Duarte, y de las menciones de Sigüenza y de Boturini. Este autor, en su Historia antigua de México, recopiló muchas “pruebas materiales” de la presencia del apóstol en América: las cruces “prehispánicas”, como la milagrosa de Huatulco, demostraban la existencia de una predicación primitiva; las huellas de los pies apostólicos, que estaban grabadas en rocas en varias partes, solo podían atribuirse a ese santo; las tradiciones indígenas que hablaban de un sacerdote virtuoso, blanco y barbado y las similitudes entre los nombres de Santo Tomás (llamado también dydimus, el mellizo) y el sabio y piadoso Quetzalcóatl (también conocido como el coate o gemelo divino); la presencia de códices antiguos y tradiciones que supuestamente contenían enseñanzas de clara raigambre cristiana, como la adoración de un Dios creador, la Trinidad, la caridad con los pobres, la monogamia, la veneración de la cruz, el bautismo, la comunión, la confesión y el celibato sacerdotal.
Márquez abrió los ojos. Rápidamente buscó el rostro de Mercedes y de sus hijos: “acabo de resolver la novela, tenemos que regresar ahora mismo a casa”. Tomó el volante, dio vuelta en u y condujo el bólido hacia la Ciudad de México. Adiós playa, sol y daiquirís; adiós vacaciones.
El cartón que presentamos es una caricatura de José Vasconcelos realizada por Hugo Tilghman (1909-1949), una obra clásica de las historietas mexicanas y con la que ganó el concurso de caricatura de El Universal.
El padre del soul, héroe musical para la comunidad negra, el joven que rompió las barreras raciales, el impulsor del peinado afro, líder del “poder negro” a la par de Malcolm X y Muhammad Alí, el impecable imitador de Frank Sinatra… son solo algunos epítetos que expresan la importancia de Samuel Cook, mejor conocido como Sam Cooke, un nombre que él mismo eligió.