El campesinado, burgués radical en la Revolución Mexicana
La ley de desamortización de los liberales de la Reforma, cuya intención era el desarrollo de la pequeña propiedad, derivó en el acaparamiento de la tierra por modernos hacendados. Por razones económicas y políticas, estos chocaban con los antiguos latifundistas, que se habían convertido en un obstáculo a la modernización y a la renovación del grupo en el poder. Así, de una familia de prósperos hacendados, surgió Madero para encender la mecha de la revolución. Sin embargo, ante la falta de respuesta para disolver la gran propiedad de la tierra, y con ello la explotación y pobreza campesinas, los zapatistas se alzaron en armas y con ello contribuyeron a barrer con los obstáculos a la expansión capitalista.
La historia regional nos ayuda a enfocar en un ambiente concreto las condiciones de un proceso general. En esta segunda parte sobre Celaya, el autor desentraña los motivos políticos para dar respuesta a los graves sucesos nacionales a partir del triunfo de Madero en 1910. La conclusión: la Puerta de Oro del Bajío, como otras ciudades del país, más que revolucionaria, fue “revolucionada”.
Por unos días, en diciembre de 1914 Ciudad de México fue ocupada por los ejércitos aparentemente triunfantes de los caudillos de la División del Norte y del Ejército Libertador del Sur. Esos días marcaron simbólicamente el punto más alto de la rebelión popular que formó parte de la Revolución.
El 27 de octubre de 1914, una discusión por la bandera entre los revolucionarios que en la Convención de Aguascalientes decidían el futuro del país casi termina a balazos.
Las revoluciones en la Revolución: historias en el sur de México
Estados como Oaxaca, que aparentemente vieron de lejos la revolución, tuvieron en el gobierno de Díaz un fomento a su infraestructura, gracias a grandes obras como el Ferrocarril Transístmico, que implicó la construcción del puerto de Salina Cruz.
En este centenario del asesinato de Emiliano Zapata, hay que decir que en su época no tuvo la glorificación que tendría años más tarde. De hecho, los caricaturistas lo criticaron de una manera cruel, acusándolo de bandolero.
Josefa Espejo Sánchez (izq.) y Matilde Vázquez Vázquez se retrataron junto a sus esposos, los hermanos Emiliano y Eufemio Zapata, durante los años más difíciles de su campaña militar en 1914. A pesar de que Miliano tuvo muchas mujeres, Josefa fue considerada su esposa legítima y llama la atención que fuera la única mujer del caudillo de la que no quedó descendencia.
Zapata pareció encontrar en Villa el aliado ideal en su lucha revolucionaria. Ambos tenían ideas similares sobre la importancia de la tierra y la injusticia social heredada del viejo régimen y que era urgente superar. Al final, fueron derrotados en el campo de batalla por Carranza y Obregón en 1915.
Hace un siglo concluyó una de las más grandes y devastadoras guerras de la humanidad. En poco más de cuatro años millones de personas fueron sacrificadas en un conflicto que rebasó las fronteras europeas. Alemania trató de involucrar a México para enfrentarlo con Estados Unidos, aunque su labor de espionaje y conspirativa fracasó ante un Carranza cuya prioridad era consolidar la Revolución.
Huerta procuró que los zapatistas renunciaran a las armas y, en un intento conciliador, utilizó como intermediario a Pascual Orozco (designado jefe de la revolución del sur en el Plan de Ayala), quien envió a su padre para entablar conversaciones. Sin embargo, Zapata ordenó apresarlo y enjuciarlo, y al final fue fusilado.