La notable científica fue rechazada en París pero elogiada en México. Marie fue presa de la sociedad machista de la época que primero intentó menospreciar su trabajo con Pierre Curie; luego cuestionó su moral y fidelidad a la memoria de su esposo y, más tarde, puso en tela de juicio su segunda candidatura al Nobel. Sin embargo, parte de la comunidad científica también la apoyó al reconocer sus éxitos.
Les compartimos esta conferencia en el INEHRM de la Dra. Lourdes Alvarado sobre Laureana Wright, escritora y precursora mexicana del feminismo con su revista Violetas del Anáhuac
El "Malleus Maleficarum", manual contra las brujas
El manual inquisitorial Martillo de las brujas (1487) permite conocer cómo en la Edad Media se identificaba a las mujeres practicantes de brujería, las formas más comunes para saber si se estaba bajo un maleficio de alguna de ellas, así como la manera en que debían ser cazadas, interrogadas y, si era necesario, castigadas. Asimismo, podemos conocer la imagen de las brujas en la sociedad medieval, así como las permanencias y posibles cambios en ella.
Las meseras fueron criticadas por sectores conservadores de finales del siglo XIX, prosiguiendo el eterno debate de cuál debía ser el trabajo adecuado para las mujeres.
A comienzos del siglo XIX una mujer lectora seguía siendo vista como algo peligroso. Bien sabemos lo poco que se había hecho a esas alturas por procurar a la mujer mayores espacios de conocimiento y formación. Pero Leona Vicario se los había procurado por sí misma. Nacida en el seno de una familia ilustrada y dotada de un talento excepcional, se formó un mundo interior de extraordinaria riqueza. No tardó en reprochárselo el juez comisionado por la Junta de Seguridad y Buen Orden cuando se iniciaron las averiguaciones para abrirle causa por infidencia.
Al ingresar México a la etapa independiente, la mujer no gozó de la misma libertad que el hombre, ni de iguales derechos, sino que inició cargando sobre su espalda toda la herencia cultural del Virreinato, que la había condenado a permanecer en un círculo muy cerrado, el cual le impidió desenvolverse con plenitud. La libertad de expresión, de reunión, de imprenta y otras prerrogativas a las que se hizo acreedor el género masculino y que consagraron las posteriores constituciones, no favorecieron de igual manera a la mujer. La Iglesia católica reforzó esta tendencia al predicar y exigir la observancia de las viejas costumbres para conservar la tradición.
Si el amor cree V. que fue el móvil de mis acciones, ¿que conexión pudo haber tenido éste con la firmeza que manifesté, ocultando, como debía, los nombres de los individuos que escribían por mi conducto, siendo así que ninguno de ellos era mi amante? Confiese V. Sr. Alamán, que no solo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres: que ellas son capaces de todos los entusiasmos, y que los deseos de la gloria y de la libertad de la patria, no les son unos sentimientos extraños... Por lo que a mi toca, sé decir, que mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia...