Entre las decenas de artículos que hemos publicado sobre el presidente Benito Juárez (cuyo mandato, en medio de guerras, duró de enero de 1858 a julio de 1872), recomendamos tres ensayos de distintos momentos críticos de su ejercicio del poder, y otro más sobre las fuentes de la construcción oficial de la llamada historia patria.
En agradecimiento a la importancia dada a la figura de Benito Juárez, el gobierno mexicano obsequió a República Dominicana una réplica de la estatua de Juárez erigida en el cerro del Fortín, Oaxaca, en 1906, por el centenario de su nacimiento.
Tras su muerte, Benito Juárez comenzó a ser transformado en una figura mítica. Además, el papel central de la Iglesia en los funerales fue ocupado por el gobierno, dando así una connotación cívica y política al luto religioso tradicional. El licenciado Alfredo Chavero, por ejemplo, en el discurso fúnebre del 20 de julio de 1872, dijo: “El pueblo comprendió que Juárez era el Moisés que debía conducirlo a la tierra prometida de la igualdad. […] en Veracruz, como una peña a orilla de los mares, permaneció impasible al embate furioso de las olas revolucionarias. Entonces, de en medio de la tempestad, hizo brotar las tablas de la Reforma, para el pueblo que se arrodillaba ante ese nuevo Sinaí”.
Siqueiros fue contratado por el gobierno del presidente Luis Echeverría para llevar a cabo el proyecto del monumento a Benito Juárez. Siqueiros murió el 6 de enero de 1974, lo que provocó que el gobierno abandonara el proyecto por un tiempo. Al final, la Cabeza de Juárez fue inaugurada el 21 de marzo de 1976, aunque con especificaciones distintas a las proyectadas por el muralista.
Por décadas, la obra pictórica sobre don Benito como héroe patrio proliferó en las portadas de los libros de texto, murales, retratos, entre otros soportes. Los artistas buscaron diseminar un discurso cívico y nacionalista con la imagen del oaxaqueño, incluso desde su infancia.
Un relato poco conocido de Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), intelectual liberal, protagonista de la generación de la Reforma y coronel en la guerra contra Francia. En la edición 134 (octubre de 2019), aborda los años que siguieron al triunfo de los liberales, en julio de 1867.
En 1918 el gobierno de Carranza refrendó el sistema monetario de patrón oro, lo que suponía la circulación de monedas y reservas áureas. Sin embargo, en la práctica, a partir de los años veinte imperó un régimen bimetálico, en el que monedas de oro y plata –junto con las de bronce, cobre y níquel– circulaban dentro del país.
Entre sus más importantes álbumes, que hasta antes de su memorable concierto en la prisión de Folsom sumaban más de veinte, destacan Bitter Tears: Ballads of the American Indian de 1964, en el cual alude los problemas de los nativos americanos; y Blood, Sweat and Tears de 1963, en el que relata la difícil vida de un trabajador en EUA, entre varios más cuya influencia en algunos sectores de la sociedad, inconformes con las políticas de su gobierno, fue notable.
Pita llega y sorprende: su abrigo de mink negro brilla tanto como sus redondos ojos. No pierde el tiempo y se para al centro de la galería de arte Excélsior. De pronto, el abrigo cae y, más que los extraordinarios rubíes que porta, resalta su blusa de gasa transparente, la desnudez de sus senos apenas ocultos. Sin duda, ella era la reina de la noche en la Ciudad de México de los años cincuenta.
En la colina Gianicolo, en el histórico barrio de Trastévere del centro de Roma, Italia, montada en un ardiente y encabritado caballo, una experimentada jinete empuña y eleva un revólver con la mano derecha, como azuzando y dirigiendo a un ejército, mientras que con la izquierda sostiene amorosa y apaciblemente a su hijo de pocos días de nacido.