Ricardo Flores Magón contra la Constitución de 1917

Javier Garciadiego

En enero de 1917 Enrique Flores Magón decía que “el Congreso Constitucionalista, bajo la vigilancia del asesino de trabajadores Venustiano Carranza, no es para beneficiar a los pobres, sino para remachar las cadenas de estos”, a pesar de que en el constituyente de Querétaro participaron diputados que habían sido simpatizantes del magonismo.

 

Más aún, al margen de que algunos diputados al Congreso constituyente de 1916-1917 hubieran sido antes simpatizantes suyos y lectores de Regeneración, como Francisco J. Múgica, Alfonso Cravioto, Heriberto Jara y Esteban Baca Calderón, y de que muchas de las propuestas legislativas promulgadas en Querétaro tuvieran como antecedente directo el Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906, lo cierto es que el periódico Regeneración censuró violentamente la promulgación de la Constitución de 1917, negando los redactores su vinculación con esta. Según Enrique Flores Magón, “la actividad que estaban desplegando en Querétaro los miembros del llamado Congreso Constitucionalista, bajo la vigilancia del asesino de trabajadores Venustiano Carranza, no es para beneficiar a los pobres, sino para remachar las cadenas de estos”. Su postura anarquista no deja lugar a dudas al argumentar:

“No son leyes las que necesitáis vosotros, hermanos de miserias, para salvaros de los estragos del hambre, de los sufrimientos de la miseria, del yugo de la explotación y de la opresión de los de arriba, sino tierra para trabajarla por vuestra propia cuenta, sin amos que los exploten.”

La explicación es doble: entre 1906 y 1917 había una distancia tan profunda como la habida entre el liberalismo y el anarquismo. Para comenzar, las propuestas lanzadas por los magonistas en 1906 habían sido las promesas de un grupo de exiliados políticos con nulas probabilidades de triunfo y, por lo tanto, de aplicarlas, de hacer realidad dichas promesas en el país. Ahora, con la Constitución de 1917, se habían convertido en planteamientos programáticos de un gobierno establecido.

Por otra parte, si bien las ideas políticas y sociales de los magonistas eran importantes antecedentes de varios artículos de la Constitución, para entonces se habían vuelto prescindibles. Carente ya de influencia política, para la Revolución dicho grupo estaba reducido al ámbito de las ideas. Habían propuesto elecciones libres y auténticas (artículos 1 a 3 del Programa), pero ya Madero las había puesto en práctica. Habían demandado una más justa distribución de la tierra (artículos 34 a 37), pero desde principios de 1915 se contaba con la ley carrancista del 6 de enero, elevada dos años después a rango constitucional en el artículo 27 de la Constitución de 1917.

Asimismo, en 1906 habían reclamado mejoras salariales y laborales para los obreros (artículos 21 a 33), pero los constitucionalistas establecieron un pacto con los obreros a principios de 1915, luego promulgaron el artículo 123 de la Constitución y en 1918 se fundó en México la Confederación Regional Obrera Mexicana, al margen de que en 1912 se hubiera creado la radical Casa del Obrero Mundial, de tendencias anarconsindicalistas.

Es indiscutible que los magonistas eran parte sustantiva de los antecedentes de todos estos cambios impulsados durante el decenio revolucionario. La identificación entre las propuestas magonistas de 1906 y la legislación revolucionaria es incuestionable; más aún, es concreta y personalizable: varios de los responsables de estas decisiones y leyes habían simpatizado con los magonistas. No hay duda: fueron varios los liberales que desde un principio se incrustaron en el movimiento revolucionario de 1910, y que además figuraron en varias facciones. El primero y más significativo fue el propio Jesús Flores Magón, hermano mayor de Ricardo y fundador y primer director de Regeneración, quien llegó a ser subsecretario de Justicia y secretario de Gobernación con Madero. También destacaron en la Revolución: Antonio I. Villarreal, maderista y constitucionalista; Antonio Díaz Soto y Gama, quien fue un importantísimo ideólogo zapatista, y Juan Sarabia, quien en 1912 fue diputado por otro Partido Liberal, moderadamente antimaderista.

 

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Ricardo Flores Magón ¿Precursor o crítico de la Revolución Mexicana?