Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, expresó el astronauta Neil Armstrong al pisar la Luna por primera vez en la historia. Sin embargo, hasta hace poco salió a la luz (después de décadas de permanecer en la oscuridad) que esa hazaña tuvo pies de mujer, y de mujer afroamericana.
Es marzo de 1917, la nueva Constitución acaba de ser promulgada y en el cielo mexicano se respiran aires de cambio. También es tiempo de elecciones para renovar la presidencia, diputados y senadores. En esos días agitados, un hecho sorprende –y para muchos resulta inaceptable–: la candidatura de Hermila Galindo para diputada por el quinto distrito electoral de Ciudad de México.
Cartografía urbana: Pueblo Xalatlaco, Xalatlaco, Estado de México, C.P. 52680
Ichcaxóchitl Tecuichpo era hija del huey tlatoani Moctezuma II y de Tayhualcan, princesa de Tlacopan (Tacuba). Su primer nombre significa “flor de algodón” o “flor blanca” y el segundo “hija del señor”.
Indias y españolas como protagonistas de la historia
La historia es cruenta cuando hace caer el velo del olvido. Si no hubiera sido por Francisco Cervantes de Salazar, que hizo el recuento más preciso de las españolas de la Conquista, nada hubiéramos sabido. Beatriz Ordaz, Juana Martín, María de Vera, Elvira Hernández, Isabel Rodríguez, Beatriz Hernández, Catalina Márquez, Beatriz Palacios Parda, Juana López, Violante Rodríguez, Catalina González y Antonia Hernández. Por otro lado, tal vez la llamada Noche Triste no sería recordada como tal sin la mujer que avisó a los mexicas del escape de los españoles y sus aliados, lo que a la postre permitió propinar una fuerte derrota a los conquistadores.
Su activismo político la llevó a formar parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, la famosa LEAR, a la que ingresó en 1936. En ese mismo año elaboró su primer mural: Atentado a las maestras rurales, pintado en el Centro Escolar Revolución (en la actual esquina de Niños Héroes y Chapultepec, frente a la estación de metro Balderas), por el que sería ampliamente reconocida y considerada la primera muralista mexicana.
La mujer mexicana, en la búsqueda de la equidad de género
Durante la Colonia se decía que el rol de la mujer casada era estar resguardada en casa cumpliendo con tareas domésticas y la crianza de los hijos, siendo su máxima virtud ser la esposa de alguien. Tras la Consumación de la Independencia en 1821 esta idea no desapareció, ni tampoco el trato de muchos hombres hacia ellas, quienes las consideraban inferiores, que requerían protección y no necesitaban una educación formal, sino lecciones para hacer feliz al cónyuge.
El camino de una dolorosa lucha por libertad e igualdad
Dos obras fundamentales y pioneras del feminismo, aparte de inspiradas en el humanismo de la Ilustración, son la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791), de la francesa Olympe de Gouges, y la Vindicación de los derechos de la mujer (1792), de la inglesa Mary Wollstonecraft.
Una nube negra se cernió sobre María Izquierdo en octubre de 1945, pero ella demostró su carácter cuando el jefe del Departamento del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, canceló el contrato que había firmado meses atrás con la jalisciense para que pintara un mural en el cubo de la escalera principal del antiguo Palacio del Ayuntamiento, corazón político de la moderna y pujante capital del país.
Se llevó a cabo del 13 al 16 de enero de 1916 en el Teatro Peón Contreras de Mérida, Yucatán. Contó con 620 participantes, la mayoría de ellas maestras.