Vida religiosa

  • Las alhajas de Santa Marta y los piratas

    Las alhajas de Santa Marta y los piratas

    Leticia Pérez Puente

    Cuando pensamos en catedrales coloniales, imaginamos sus torres y campanarios, sólidas puertas de madera, grandes retablos dorados, un crucifijo al centro del altar, imágenes de madera policromada, pinturas murales y cuadros. Sabemos que no todas son iguales, pero no todos pensamos qué tan distintas pudieron llegar a ser.

  • San Hipólito y la conquista de Tenochtitlan

    San Hipólito y la conquista de Tenochtitlan

    Antonio Rubial García

    En el Libro XIV de su monumental crónica conocida como la Monarquía indiana, fray Juan de Torquemada suelta el revelador comentario de que la caída de Tenochtitlan no fue el 13 de agosto de 1521 sino el día anterior. Explica que, por conmemorarse ese día a Santa Clara de Asís, que “no estaba en el calendario en la tabla general del rezado”, lo pasaron al siguiente, en el que se veneraban “los benditos santos Hipólito y Casiano”.

  • Historias del virreinato: el amor de un fraile por su patria

    Historias del virreinato: el amor de un fraile por su patria

    Óscar Mazín

    Antonio de Monroy e Híjar (1634-1715)

  • Santiago, un santo polifacético

    Santiago, un santo polifacético

    Antonio Rubial García

    Iago, Iacopus, Jacobo, Jacques, James, Jaime, Diego son algunos de los nombres que recibió en Europa este santo que en castellano conocemos como Santiago, el único caso en el que se integró el título de santidad en su nombre.

  • El falso sobrino del papa

    El falso sobrino del papa

    Gabriel Torres Puga

    Tras ser revelado como un falso sobrino del papa, el embustero Sambeli colmó la paciencia del mismo virrey, quien ordenó su aprehensión y expulsión perpetua con trabajo forzoso. Lo último que se supo es que fracasaron sus peticiones de indulto.

  • El caso de las Santas Masas y los mártires de Zaragoza

    El caso de las Santas Masas y los mártires de Zaragoza

    Antonio Rubial García

    La vida de los santos se narraba en libros con los que las instituciones católicas hispánicas diseminaban también su culto, tanto en España como en sus colonias. El Flos Sanctorum, publicado por primera vez en 1521, fue uno de los más importantes.

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