Nacida en 1890, en la pradera texana de Indian Creek, será un eximia escritora estadounidense, ganará el premio Pulitzer en 1966 y será nominada en varias ocasiones al Nobel de Literatura. México, con sus intelectuales y su cultura, constituirá un peldaño fundamental en su carrera.
“El pasado, fuerza en movimiento, no es posible abolirlo. Actúa callada y avasalladoramente sobre el presente. La humanidad al comprenderlo, al penetrar a fondo en él lo aprovecha, lo dirige, modela en él presente y futuro”
La desgracia de la familia de Luis de Carvajal y de la Cueva
El proceso contra Luis de Carvajal el Viejo –fundador y gobernador del norteño Nuevo Reino de León– y sus parientes es un caso emblemático de la persecución contra los judíos conversos. Muchos de ellos habían cruzado el Atlántico para establecerse en tierras americanas con la esperanza de escapar del Santo Oficio. Esta historia del siglo XVI implicó a toda la familia Carvajal y el juicio reveló una extensa red de adeptos al judaísmo.
Los miembros de esa familia fueron consumidos por las llamas de la hoguera, lo que sin duda contribuyó a forjar la leyenda negra en torno a la Inquisición, dado que este hecho ha trascendido la barrera de los siglos.
El maestro Agustín Lara fue un creador en la música popular de inicios del siglo XX. Desempeñó sus talentos con naturalidad en distintos estilos y géneros musicales, además de vivir como lo haría una estrella pop en la actualidad: dedicando gran parte de su trabajo a existir en los límites de la moral y las buenas costumbres de su época.
En tiempos novohispanos, las mujeres de familias acomodadas se convertían en piezas a negociar según los intereses parentales. Además, los padres eran responsables de casar a sus hijas antes de que cumplieran los veinticinco años.
La Casa de Moneda de México es la responsable de que todos podamos gritar águila o sol cada vez que lanzamos una moneda, así como de los cotizados metálicos conmemorativos.
Estos dibujos son parte de la prehistoria de Gabriel Vargas, creador de La Familia Burrón, quien apenas pasaba los veinte años cuando publicó esta tira excepcional de la Guerra Civil española.
“Quiero una imprevisible historia como lo es el curso de nuestras mortales vidas; una historia susceptible de sorpresas y accidentes, de venturas y desventuras; una historia tejida de sucesos que así como acontecieron pudieron no acontecer; una historia sin la mortaja del esencialismo y liberada de la camisa de fuerza de una supuestamente necesaria causalidad; una historia solo inteligible con el concurso de la luz de la imaginación; una historia de atrevidos vuelos y siempre en vilo, como nuestros amores; una historia espejo de las mudanzas, en la manera de ser del hombre, reflejo, pues, de la impronta de su libre albedrío para que en el foco de la comprensión del pasado no se opere la degradante metamorfosis del hombre en mero juguete del destino inexorable”. Edmundo O’Gorman.