La novela histórica cuenta con una larga tradición e incontables lectores. El lugar de nacimiento de este popular género literario fue Gran Bretaña, en cuya nómina de autores se hallan nombres tan ilustres como el de Walter Scott (Ivanhoe), Charles Dickens (Historia de dos ciudades) y más recientemente Robert Graves (Yo, Claudio).
“La población, excitada por los meses de preparativos, sermones y movilización, se alzó inesperadamente contra los invasores el 14 y 15 de septiembre: guardias nacionales, sacerdotes, guerrilleros, soldados rezagados y grupos populares enfrentaron a los estadunidenses, cuya violenta respuesta condujo a que la ira popular se sofocara”.
El 15 de enero de 1846, Zachary Taylor recibía la orden de avanzar hacia la frontera mexicana con el ya conocido pretexto de defender la soberanía estadounidense de un inexistente ataque mexicano sobre Texas. En la capital de la República reinaba la más absoluta tranquilidad...
México a través de los siglos se convirtió en ‘la verdad histórica’ de los liberales en el poder. El gobierno de Porfirio Díaz promovió las reimpresiones. Aunque descartó que se ‘completara’ la obra con la historia de los gobiernos posteriores a Juárez; era claro que consideraba que su propia presidencia era el resultado de la epopeya contada en los tomos que dirigió Riva Palacio.
En 1881, el presidente Manuel González encomendó a Vicente Riva Palacio que escribiera una historia de la guerra de intervención francesa, el imperio de Maximiliano y el triunfo de la república, con cargo al erario. Sería una obra celebratoria, encargada a uno de los más distinguidos literatos de la época.
El Estado mexicano, como muchos otros en el mundo, se construyó con guerras, con imposiciones, con despojos. Se ha escrito su historia como una pérdida de territorios y de los agravios que se padecieron por parte de potencias imperiales. Pocos se atreven a reconocer que en la construcción del Estado propio también se cometieron esos actos. Así comenzó a escribirse la “historia patria” desde principios del siglo XIX, hasta que se elaboró el relato oficial por encargo del gobierno liberal.
Con este y otros escritos sobre los sismos, Relatos e Historias hace también su ejercicio de eso que algunos llaman “historia inmediata”: una reflexión en clave histórica de acontecimientos recién ocurridos; en este caso, la reflexión sobre la respuesta social y gubernamental a estos eventos, ocurridos en septiembre de 2017.
En 1823, gracias al apoyo de Micaela, los generales Vicente Guerrero y Nicolás Bravo pudieron escapar de la persecución del emperador Agustín de Iturbide para organizar la insurrección que haría caer a su gobierno.