Nezahualcóyotl, el gobernante poeta

Artículo publicado originalmente en la revista "Arqueología Mexicana"
Miguel León-Portilla

 

La personalidad y la vida de Nezahualcóyotl pueden documentarse a través de numerosas fuentes. Son ellas códices, testimonios en náhuatl de la antigua tradición y crónicas de historias de autores nahuas, mestizos y españoles. Gracias a estas fuentes conocemos las fechas de nacimiento y muerte de Nezahualcóyotl, las persecuciones que padeció y la fama que alcanzó como gobernante sabio y justo.

 

Los más antiguos testimonios sobre Nezahualcóyotl como poeta

 

Diré que las más antiguas referencias a Nezahualcóyotl como cuicapicqui o poeta provienen de las dos compilaciones de cantos en náhuatl que se conservan. Son ellas las bien conocidas como Cantares Mexicanos, preservada en la Biblioteca Nacional de México, y la que ostenta el curioso título de Romances de los Señores de la Nueva España en la Colección Latinoamericana de la Universidad de Texas en Austin.

No es este el lugar para reiterar lo ya expuesto sobre el origen y valor de estos dos manuscritos procedentes del siglo XVI. De ambos ha tratado Ángel María Garibay K. en Poesía náhuatl (1964-1 967) y también yo en Quince poetas del mundo náhuatl  (1994). Reconociendo que tales manuscritos incluyen un cierto número de cantos de la tradición prehispánica -si bien con frecuentes interpolaciones cristianizantes-, así como otras composiciones debidas a autores nacidos ya en tiempos novohispanos, acudimos a dichas fuentes porque en ellas  se recuerda varias veces a Nezahualcóyotl. En algunos casos se le atribuyen determinadas composiciones. En otros Nezahualcóyotl es mencionado y alabado como poeta. Comenzaré citando dos cantos en los que esto último ocurre. Proceden ambos del manuscrito de Romances... :

 

Sobre una estera de flores

pintas tu canto, tu palabra,

príncipe Nezahualcóyotl.

Se va pintando tu corazón

Con flores de todos colores,

Pintas tu canto, tu palabra,

Príncipe Nezahualcóyotl

(Romances…, f. 18v.)

 

En el otro, también de autor anónimo. dirigiéndose a Nezahualcóyotl, se hace elogio de él proclamando que sus cantos provienen de su ser más íntimo inspirado por el supremo Dador de la vida:

 

Dentro de ti vive,

dentro de ti está pintando,

inventa el Dador de la vida,

¡príncipe chichimeca,

Nezahualcóyotl!

(Romances…, f. 34r)

 

En Cantares Mexicanos hallamos, entre otras, esta recordación de Nezahualcóyotl:

 

Corto aquí flores de cacao,

flores de amistad,

provienen de ti,

príncipe, Nezahualcóyotl,

señor Yoyontzin.

solo vengo a buscar presuroso

su bello canto

y con él busco a nuestros amigos.

(Cantares Mexicanos, f. 19r)

 

Los testimonios de Torquemada y Alva Ixtlilxóchitl.

 

Si así alabaron a Nezahualcóyotl algunos poetas amigos, también lo hizo un fraile franciscano que investigó acerca del pasado prehispánico de los nahuas. Fray Juan de Torquemada en su Monarquía Indiana, evocando lo que pudo conocer acerca de la fiesta que se celebró al contraer matrimonio Nezahualcóyotl, refiere que éste:

Mandó a sus cantores que viniesen a regocijar los estrenos y finales de la fiesta; y como era hombre de grande entendimiento y mucha y profunda consideración [ ... ] mandó a sus cantores que cantasen un cantar que él mismo había compuesto,  que comenzaba así: Xochitl mamani in huehuetitlan, etcétera, que quiere decir: entre las coposas y las sabinas, hay frescas y olorosas flores; y , prosiguiendo adelante, dice: que, aunque por algún tiempo están frescas y vistosas, llegan a sazón que se marchitan y secan. Iba prosiguiendo en decir que todos los presentes habían de acabar y no habían de tornar a reinar, y que todas sus grandezas habían de tener fin (Torquemada. 1975-1983. lib. II. cap. XLV).

Otros episodios aduce el mismo fraile en que Nezahualcóyotl se torna presente como poeta. Más abundantes aún son las noticias que sobre esto aporta su descendiente, el cronista tetzcocano Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. Citaré lo que dice sobre una estancia de Nezahualcóyotl en su palacio de Tetzcotzinco: "Compuso [allí] en su alabanza [de tloque nahuaque] setenta y tantos cantos que el día de hoy se guardan, de mucha moralidad y sentencias" (1891-1892. t. II. p. 225). No sólo hizo Alva Ixtlilxóchitl numerosas referencias a los cantos que compuso su antepasado sino que citó en su obra dos poemas suyos, de los que afirma eran traducción del náhuatl.

 

Las composiciones atribuidas a Nezahualcóyotl

 

Es obvio que la atribución expresa, en los dos manuscritos ya citados, de determinados cantos como obra de Nezahualcóyotl, debe tomarse en cuenta. Tal atribución está en concordancia con la fama de que gozaba como cuicapicqui, forjador de cantos. El Análisis de las que se le atribuyen de forma expresa permite afirmar –como lo ha mostrado José Luis Martínez en Nezahualcóyotl, vida y obra- que se conservan 36 cantos del señor de Tetzcoco, incluidos dos que transcribió Alva Ixtlilxóchitl en versión castellana. En razón de la temática del conjunto de composiciones, estas pueden distribuirse en la siguiente forma: a) cantos de amistad y primavera b) interrogantes sobre el Dador de la vida c) cantos de aflicción y sobre la idea de la muerte d) evocación de la guerra y recordación de los nobles e) cantos que Alva lxtlilxóchitl dijo haber traducido del náhuatl. Es éste un abanico de temas en el que, sin embargo, sobresalen los cantos de honda reflexión. De ellos podría decirse que son muestras de ese filosofar de los nahuas que gustaban de expresar su pensamiento en forma de cantos al aire libre. Aquí tan sólo me es dado ofrecer unos cuantos ejemplos de dichas composiciones:

 

Poneos de pie

¡Amigos míos, poneos de pie!

Desamparados están los príncipes,

yo soy Nezahualcóyotl,

soy el cantor,

soy el papagayo de gran cabeza.

Toma ya tus flores y tu abanico.

¡Con ellos ponte a bailar!

Tú eres Yoyontzin.

Toma ya tu cacao,

la flor del cacao,

¡que sea ya bebida!

¡Hágase el baile,

comience el dialogar de los cantos!

No es aquí nuestra casa.

no viviremos aquí.

tú de igual modo tendrás

que marcharte.

(Romances .... ff. 3v-4r)

 

En tanto que este poema es gozosa invitación a la danza, en él aparece también la evocación de la muerte.

Aprecia Nezahualcóyotl “el dialogar de los cantos” y el disfrute de la bebida de cacao, pero se aflige al recordar que no viviremos para siempre en la Tierra. Preguntas acerca de lo que es verdadero dirige Nezahualcóyotl al supremo Dador de la vida. Haciendo suya la duda, conforta luego a quienes lo escuchan.

 

¿Eres tú verdadero (tienes raíz)?

Sólo quien todas las cosas domina,

El Dador de la vida.

¿Es esto verdad?

¿Acaso no lo es, como dicen?

¡Que nuestros corazones

no tengan tormento!

Todo lo que es verdadero

(lo que tiene raíz)

dicen que no es verdadero

(que no tiene raíz)

¡Que nuestros corazones

no tengan tormento!

Porque él es el Dador de la vida.

(Romances…, ff. 19v-20r)

 

Canto, también expresión de preocupaciones metafísicas, es el siguiente:

 

Mañana o pasado,

como lo quiera el corazón

de aquél por quien se vive,

nos habremos de ir a su casa,

¡amigos míos, démonos gusto!

(Romances…, f. 21r)

 

Los testimonios presentados, que hablan de Nezahualcóyotl como poeta, muestran que hay base para sostener que lo fue. Las composiciones citadas, atribuidas a él, confirma que de verdad fue un cuicapicqui, forjador de cantos. En Nezahualcóyotl encontramos a uno de los grandes poetas cuyo legado es parte de la literatura universal.

 

 

Tomado de Miguel León-Portilla, “Poesía de Nezahualcóyotl”, Arqueología Mexicana núm. 58, pp. 28-31: https://raices.com.mx/tienda/revistas-nezahualcoyotl-AM058