San Nicolás de Bari fue así conocido porque sus restos se trasladaron de Anatolia (hoy parte de Turquía) a la ciudad italiana de Bari, evitando que fuera profanado. Su roja capa de obispo fue asociada con sus milagros, destacando la ayuda a los niños. Por otro lado, todo cristiano conoce la historia de los niños asesinados después del nacimiento de Cristo, con la intención de eliminarlo a él. Sin embargo, la Iglesia debatió mucho tiempo si debían o no canonizarlos.