La polémica había surgido con la presentación del sexteto de jazz de Chilo Morán, cuando algunos señalaron que esa música estaba bien para cabaret y salones de baile, pero no para el principal recinto artístico de la nación.
Alguien estaba utilizando las frecuencias y horarios reservados para uso exclusivo del gobierno mexicano de acuerdo con las normas de comunicación establecidas internacionalmente.
Durante año y medio, los ejércitos que mandaban Villa y Obregón lucharon contra el enemigo común, pero tras la caída del gobierno de Huerta, en agosto de 1914, los revolucionarios vencedores se dividieron en dos grandes bandos.
Para convencerlo de venir a México se le ofreció un sueldo más alto que el del director, gastos de viaje de ida y vuelta y la promesa de que dedicaría todos sus esfuerzos a los programas bacteriológicos del IBN.