La Gran Hambruna irlandesa, 1845-1849

Luis Arturo Salmerón

El terrible invierno de 1846 cobró miles de vidas en todo el mundo. Uno de los lugares donde sus efectos fueron más devastadores fue en la isla de Irlanda, que era azotada desde el año anterior por la que sería llamada la Gran Hambruna. Ésta fue provocada, entre otros factores, por la escasez de papa o patata, destruida por un hongo en la cosecha de 1845, lo cual les costó la vida a más de dos millones de irlandeses (algunas fuentes extienden la cifra a dos millones y medio) y empujó a otros tantos a abandonar sus tierras en busca de la sobrevivencia.

La crisis se agudizó por las ineficientes medidas de las autoridades británicas para enfrentar la tragedia. Además, cientos de miles de personas emigraron del campo a las ciudades, a lo que se sumaron las epidemias de cólera, disentería y fiebre tifoidea, debido a lo cual aumentó la tasa de mortalidad.

Por si fuera poco, el invierno de 1846 fue despiadado e impidió con sus implacables nevadas –que se adelantaron más de un mes a lo habitual– la recuperación de las cosechas. La crisis continuó hasta 1849, pero sus efectos se sintieron en Irlanda durante décadas. Entre muertos y desplazados, este territorio perdió más de un cuarto de su población. También fue una de las principales causas de la llamada Diáspora irlandesa, una de las oleadas migratorias más importantes del siglo XIX en la que el destino principal de cientos de miles de personas fue Estados Unidos.

 

Esta publicación es un fragmento del artículo “El terrible invierno de 1846” del autor Luis Arturo Salmerón y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 93.