La última batalla de Porfirio Díaz fue en contra del presidente Sebastián Lerdo de Tejada por medio del Plan de Tuxtepec.

Juárez es representado frente a una ruleta en la que gira la silla presidencial, que se disputa con dos, hasta entonces, colegas liberales: Porfirio Díaz y Sebastián Lerdo de Tejada. La nueva reelección de Juárez generaría una división dentro de ese grupo y, a su vez, la rebelión de la Noria, que encabezó Díaz.

El general Hinojosa fue nombrado gobernador interino de Durango en 1861, de Nuevo León en 1864, y de Chihuahua en 1874, con la intención de resolver las crisis políticas de esas entidades.

Su destacada participación durante la invasión francesa le valió a Díaz para acaudillar el principal partido opositor al gobierno juarista y más tarde la rebelión de La Noria.

Tras la victoria en Lo de Ovejo, Sóstenes Rocha escribió a Juárez que se probó que “la época de las revoluciones” había llegado a su fin. Sin embargo, sus cualidades militares serían requeridas nuevamente en los meses venideros, en especial para combatir la rebelión de La Noria.

La llegada de Juárez a Ciudad de México en 1867 representó el regreso a la legalidad republicana. Poco tiempo después, el partido liberal se fragmentaría.