Alguien debió informarle a Benito Juárez algo como esto: “Fíjese, señor presidente, que a lo mejor le vendimos la momia de don fray Servando Teresa de Mier a un circo”.
Historia, identidades regionales y tradición popular
Bodegón de colores, sabores, dichos y refranes, este artículo recoge con gran erudición una subjetividad colectiva mexicana de gustos y hábitos gastronómicos, construidos a lo largo de los siglos en las cocinas mexicanas y fogones que supieron encomiar las cualidades de los productos nacidos en esta tierra o trasplantados a ella desde distintos lugares e integrarlos, para terminar formando parte de la culinaria universal.
En México se dice que el maíz acompaña al individuo desde el nacimiento hasta la fosa, además de ser protagonista de innumerables ritos. Por ejemplo, algunos grupos mayas cortan sobre una mazorca el cordón umbilical de sus hijos y con los granos manchados de sangre siembran la primera milpa del recién nacido.
En el habla de los mexicanos abundan las referencias a las veleidades de la conducta humana tomando como pretexto a los vegetales. Por ejemplo, la frase “al nopal lo van a ver sólo cuando hay tunas”, que evoca la opulencia, la carestía y el abandono.
Se decía que era suficiente “una jícara de chocolate caliente y alguna tacilla de conserva o almíbar para fortalecerse”, y parte de la sociedad así lo creía, al grado de que algunas mujeres lo consumían durante las misas, para enojo de los curas.
En México, varios alimentos y bebidas han tenido detractores y amantes por igual. Del pulque se llegó a decir que podía extraer el peor comportamiento de la gente, mientras que otros indicaban que “no tiene la culpa el pulque, sino el briago que lo bebe”.
Lucy, la guitarra eléctrica Les Paul Standard 1957 que Eric Clapton le regaló a Harrison en 1968, pertenecía a una serie de cien ejemplares que Gibson fabricó con el acabado Gold Top.
En 1954 vio la luz la que para muchos es considerada la guitarra eléctrica más perfecta de la historia: la Fender Stratocaster. Su diseño ergonómico, ligereza e innovador segundo cuerno en el cuerpo del instrumento, pero sobre todo las tres pastillas que podían seleccionarse desde el interruptor de tres posiciones que daban a cada artista la posibilidad de experimentar con un amplio abanico de sonidos, eran las características con las que este modelo irrumpía en un mercado que su creador, Leo Fender, llevaba años dominando.
A inicios de siglo XX, Lerdo de Tejada formó la llamada Orquesta Típica con veinticinco músicos, quienes solían presentarse vestidos de charros. Con este grupo amplió su prestigio, se presentó en escenarios internacionales y sentó las bases del nacionalismo mexicano, que habría de ser imitado por otros artistas y dar esplendorosos frutos. Fue también uno de los primeros conjuntos en grabar para la Edison Company, en la Ciudad de México.
En las orquestas que Lerdo de Tejada conformó y dirigió, participaron afamados músicos y cantantes, como Agustín Lara, Juan Arvizu, Alfonso Ortiz Tirado, Ernesto Elorduy y Manuel M. Ponce.