Vida religiosa

  • San Miguel vencedor de las fuerzas del mal

    San Miguel vencedor de las fuerzas del mal

    Antonio Rubial García

    A un año de la llegada de los franciscanos a México-Tenochtitlan en 1524, ya se levantaba en el cerro de Chapultepec una ermita dedicada a San Miguel Arcángel.

     

  • Las endemoniadas de Querétaro

    Las endemoniadas de Querétaro

    Antonio Rubial García

    A pesar del escándalo de las endemoniadas y embarazadas, con el transcurrir de los años el Colegio de la Santa Cruz de Querétaro se consolidó como una institución educativa que prosperó.

  • La posesión demoniaca de Sor Margarita de San José

    La posesión demoniaca de Sor Margarita de San José

    Xixián Hernández de Olarte

    La diferencia entre la tentación demoniaca y la posesión consistía en que en la primera los demonios actuaban desde fuera de la persona y, por lo tanto, esta tenía responsabilidad sobre sus acciones a pesar de la influencia maligna. En el segundo caso, el que actuaba era el demonio, despojando al individuo de su libre albedrío y, por lo tanto, no tenía responsabilidad sobre sus acciones.

  • Los santos vengadores

    Los santos vengadores

    Antonio Rubial García

    Los moros eran de los principales blancos de la ira de los santos vengadores, aunque después dirigirían su furia a los protestantes y otros sectores que consideraban enemigos de la Iglesia.

  • El espíritu “nacionalista” de Andrés Cavo

    El espíritu “nacionalista” de Andrés Cavo

    Un mexicano jesuita

    José M. Muriá

    El antiguo insurgente Carlos María de Bustamante hizo una edición del manuscrito de Cavoen la década de 1830. Sin embargo, trató de “completar” la historia del jesuita e incluso cambió palabras por no considerarlas convenientes, además de hacer modificaciones de fondo a la obra.

  • ¿Cómo era un día de fiesta en el palacio del arzobispo de México?

    ¿Cómo era un día de fiesta en el palacio del arzobispo de México?

    María Teresa Álvarez Icaza Longoria

    El primero de mayo de 1754 en la capital novohispana se hizo una fastuosa celebración por la consagración del canónigo José Antonio Flores de Rivera como obispo electo de Nicaragua. Cuando este supo de su nombramiento fue a avisar a sus compañeros del cabildo metropolitano, quienes recibieron la noticia con júbilo.

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