Nuestras Historias

  • El cine va a la calle

    El cine va a la calle

    El furor de los espectáculos al aire libre

    Marco A. Villa

    Para 1903 el cine como espectáculo tiene un ligero desliz que, sin embargo, es aprovechado por el empresario galo Ernesto Pugibet, quien en mayo de ese año inicia las diligencias para poner, en el costado oriente de la Alameda de Ciudad de México, un cinematógrafo al aire libre al que pudiera asistir todo tipo de público, incluso de forma gratuita… o casi.

  • El tempestuoso hotel de la señora King

    El tempestuoso hotel de la señora King

    Ricardo Lugo Viñas

    Rosa King desocupó su hotel Bella Vista debido a la violencia e inestabilidad provocada por la Revolución. Volvería años después, aunque ya no como dueña, a pasar varias temporadas hospedada en él.

  • La rendición del gran jefe apache Gerónimo

    La rendición del gran jefe apache Gerónimo

    Esa fue la última batalla que peleé contra los mexicanos. Las tropas de los Estados Unidos nos siguieron continuamente desde este momento hasta que se hizo el tratado [en 1886] con el general [Nelson A.] Miles en Skeleton Canyon.

  • La batalla más intensa de Gerónimo

    La batalla más intensa de Gerónimo

    Justo cuando daba la orden de avanzar, apunté directamente al general y este cayó. En un instante, el suelo a mi alrededor fue acribillado a balazos, pero no me tocaron. Los apaches veían la escena y a lo largo de las zanjas surgió el feroz grito de guerra de mi pueblo.

  • Memorias de Gerónimo: La traición de Casas Grandes

    Memorias de Gerónimo: La traición de Casas Grandes

    Nos reagrupamos en Casas Grandes para acordar un tratado de paz. Nos dimos la mano y prometimos ser hermanos. Luego empezamos a comerciar y los mexicanos nos dieron mezcal. Muy pronto, casi todos los indios estaban borrachos. Entonces, dos compañías de tropas mexicanas nos atacaron.

  • Memorias de Gerónimo: La Batalla de la Colina Blanca en 1879

    Memorias de Gerónimo: La Batalla de la Colina Blanca en 1879

    Habíamos estado peleando desde la una aproximadamente, y a media tarde, viendo que no progresábamos, di la señal para el avance. Se escuchó el grito de guerra y saltamos sobre cada piedra y por encima de los caballos muertos de los mexicanos, para luchar cuerpo a cuerpo.

  • Pages