¿Pueden las mujeres defender su honor?

El defensor de Carmen Barba alegó que la mujer actuó en defensa de su honor después de ser ultrajada. Al final, fue absuelta.

Finalmente comenzaron los debates en los cuales los abogados exponían al jurado por qué debía ser condenada o absuelta la acusada. El fiscal Manuel Rivera Vázquez comenzó su discurso: “Señores del Jurado: si yo hubiera encontrado verdaderamente la legítima defensa de una mujer honrada mancillada, tengan la seguridad de que no vendría a acusar a Carmen. Pero aquí no hay legítima defensa, hay venganza”.

Tocó el turno al defensor Alfonso Teja Zabre, quien ocupó la tribuna entre palpables demostraciones de simpatía, según escribe el reportero. Con un tono bastante justiciero, expuso la situación de Carmen, quien, según dijo, había perdido “el legítimo tesoro de su virtud en forma cruel y abominable. Duele ver a una mujer clavada en la picota de la vergüenza pública, que viene aquí a presentarse ante jueces impasibles y rígidos, entre sabiduría médica que destroza su pudor y frente a los ojos de la malsana curiosidad.

“Y a este pobre manojo de nervios, le arrojáis todas las desgracias. Se asombran de que ella llame ‘venganza’ a su acto, incluso los médicos la llaman ‘atrasada mental’, pero lo que ella nombra como venganza, para nosotros, los varones, se conoce como legítima defensa del honor. De hecho, no hay un solo juez que condene a un hombre que haya matado a su esposa o al amante de su esposa luego de encontrarlos infraganti en el adulterio.

Eugenia Pérez Olmos. Periodista egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, en donde también cursó la maestría en Periodismo Político. Ha trabajado en los periódicos El Día y El Nacional, así como en Canal Once y TV Mexiquense, entre otros medios de comunicación.

Pérez Olmos, Eugenia, “La historia de una violación. El increíble caso de Carmen Barba” Relatos e Historias en México, núm. 141, pp. 70-67

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