El cadáver de Primitivo Ron fue mutilado de un brazo, al parecer por venganza. La extremidad disecada fue conservada en el Hospital de Belén (hoy Hospital Civil de Guadalajara) e incluso, a partir de marzo de 1919, exhibida en el Museo Regional de la capital de Jalisco. Allí permaneció por más de cincuenta años como uno de los principales atractivos del recinto; de hecho, muchos maestros enviaban a sus alumnos a verlo, junto a otros objetos vinculados al magnicidio de Corona.
El brazo fue retirado en la década de 1970, cuando se llevó a cabo la remodelación del inmueble y se consideró que la no pieza no era relevante para el nuevo guion museístico. Su paradero es hoy desconocido, aunque el historiador José María Murià ha recordado que un supuesto descendiente de Ron reclamó el brazo para “darle cristiana sepultura”, solicitud que fue negada por las autoridades, así como que en una ocasión un perro estuvo jugando con él, aunque al final se logró rescatarlo, con mucho empeño, de las fauces del animal.
Ricardo Cruz García. Egresado de la maestría en Historia por la UNAM, es profesor de la FES Acatlán de la misma institución. Se ha especializado en el estudio de la prensa mexicana y dedicado a la divulgación de la historia. Editor y colaborador en diversas publicaciones impresas y electrónicas, es autor de Nueva Era y la prensa en el maderismo (UNAM-IIH, 2013).
Cruz García, Ricardo, “¿Quién mató a Ramón Corona?”, Relatos e Historias en México, núm. 141, pp. 40-58
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