Un hombre demente, maniaco, megalómano, enajenado mental, un individuo de extraviado cerebro. Así fue calificado inmediatamente por la prensa aquel joven de veintidós años.
Primitivo Ron: francamente, su nombre no le ayudaba. Primitivo Ron y Salcedo: un hombre demente, maniaco, megalómano, enajenado mental, un individuo de extraviado cerebro. Así fue calificado inmediatamente por la prensa aquel joven de veintidós años.
Originario de Sayula, nació el 10 de junio de 1867, al final del imperio de Maximiliano, etapa en la que la participación del general Ramón Corona había sido fundamental para el triunfo de la República. Hijo de Juan Ron y Justa Salcedo, su padre era profesor de instrucción primaria y llegó a ser director de una escuela municipal. A los ocho años tuvo su primer encuentro con Corona, pues en 1875 su padre lo llevó al pueblo jalisciense de Texcueca –sitio natal del ya considerado prócer–, donde durmió una siesta en la humilde cama de la casa donde vivió el general.
Ricardo Cruz García. Egresado de la maestría en Historia por la UNAM, es profesor de la FES Acatlán de la misma institución. Se ha especializado en el estudio de la prensa mexicana y dedicado a la divulgación de la historia. Editor y colaborador en diversas publicaciones impresas y electrónicas, es autor de Nueva Era y la prensa en el maderismo (UNAM-IIH, 2013).
Cruz García, Ricardo, “¿Quién mató a Ramón Corona?”, Relatos e Historias en México, núm. 141, pp. 40-58
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