Ya en los últimos años del Porfiriato y a punto de entrar en una guerra civil, el Ejército mexicano comenzó a instruirse sobre la novedosa arma aérea que las potencias occidentales desarrollaban con diferentes diseños. Los servicios de aeronáutica del ejército francés, por ejemplo, contaban con globos y dirigibles, además de que se desarrollaban los primeros biplanos armados con ametralladora y ganchos para pequeñas bombas.