17 de abril de 1858: la batalla de Puerto de Carretas de Zuazua y Miramón

La lucha por la victoria desde el papel

Gerardo Díaz

Zuazua emboscó a las fuerzas de Miramón recurriendo a una estrategia muy frecuente en la lucha contra las tribus originarias norteñas: posicionarse en un lugar muy favorable y desde ahí disparar a las tropas enemigas.

 

El parte de guerra es un documento oficial en el que los militares comunican a sus superiores las particularidades de un hecho de armas. Generalmente, un objetivo cumplido o una retirada tras un enfrentamiento pueden traducirse como una victoria o una derrota. Sin embargo, existen situaciones en las que cada bando asume el triunfo sobre el enemigo y esto deriva en documentos que difieren sobre el resultado de la batalla.

Un ejemplo es la poco conocida batalla de Puerto Carretas, sitio muy cercano a la capital de San Luis Potosí, durante la Guerra de Reforma. Acaecida el 17 de abril de 1858, en la que se enfrentaron fuerzas de la División Interior conservadora, al mando del general Miguel Miramón, y la vanguardia del Ejército del Norte, liberal, a las órdenes del coronel Juan Zuazua.

El escenario fue descrito por los dos jefes de manera similar: un sendero dominado en sus costados por cerros que permitieron a los atacantes liberales sorprender y dominar con fuego de fusil a los conservadores, quienes se encontraron en una posición de desventaja para su artillería y apremiados a avanzar para salir de la emboscada. Sin embargo, tras alrededor de cinco horas de combate, el resultado de las acciones difiere sobremanera.

Para muchos cronistas e historiadores la victoria fue de Miramón, por el parte que rindió este general. Y es muy conocido y citado debido a que en ese momento los conservadores dominaban las principales ciudades del centro, incluyendo la capital del país, y con ello la impresión y distribución del Diario Oficial del Supremo Gobierno. En él se refirió la osadía de desalojar al enemigo liberal, cercano a los 4,000 hombres, de sus posiciones para luego hacerlo huir en desorden y ocasionarle alrededor de 600 bajas, lamentando la pérdida de únicamente 300 de los suyos. Y Miramón continuó su marcha hacia San Luis Potosí.

El documento escrito por Zuazua fue recuperado pocos años después para corregir las afirmaciones de la victoria conservadora. En este destacó que, ante la inferioridad numérica de sus 1,450 hombres contra los 4,000 de los conservadores, optó por emboscar al ejército de línea con la intención de dispersar sus fuerzas, dando como resultado la baja de alrededor de 600 enemigos y únicamente 30 de los suyos. Indicó, además, que su táctica móvil, muy utilizada en la lucha contra las tribus indígenas norteñas, le permitió quitar banderas y pertrechos al enemigo, así como permanecer en el campo de batalla para sepultar a los caídos. Así, Zuazua tomó Zacatecas diez días después, Miramón reclutó hombres mediante leva en San Luis Potosí.

De acuerdo con el investigador Luis Alberto García, quien documentó las acciones del Ejército del Norte entre 1855 y 1858, el general conservador Antonio Manero reclamó a Zuazua el proceder de sus victorias “porque las tropas de U. al entrar en combate no se han presentado en columna, sino en dispersión, arrastrándose por el suelo y dando brincos: protesto, porque en los momentos del peligro no han estado con la circunspección y moderación necesarias, antes por el contrario, dando gritos y alaridos a lo comanche: y protesto en fin, porque el modo de agarrar prisioneros a palos es muy indecente y contra ordenanza”.

Lo cierto es que el 29 de junio de 1858 Zuazua tomaría San Luis Potosí, demostrando que de Puerto de Carretas había salido más fortalecido que sus adversarios.

 

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