Con la industrialización del siglo XX se configuró la producción de dulces en grandes cantidades; algunos ejemplos fueron las pastillas de menta Usher (1902), la cajeta de la Hacienda Coronado (1927), los dulces Laposse (1939), la chocolatera Larín (1924), la chocolatera Morelia Presidencial (1930), los Dulces de la Rosa (1945), los chocolates La Corona (1946) y Dulces Vero (1950).