Tras el terremoto del 19 de septiembre, ante la angustia por la pérdida de vidas, miles de mexicanos encadenaron generosamente sus esfuerzos, en brigadas de rescate y de todo tipo, en los distintos escenarios conmovidos por los sismos. Todos aportaron cuanto pudieron para salvar a quienes quedaron atrapados bajo la destrucción. Conforme pasaban las horas de horror y los días de trabajo continuo, las redes sociales fueron el medio de comunicación privilegiado de la solidaridad comunitaria, pero también de la denuncia. La conciencia de la sociedad civil emergió para poner en duda y criticar los comportamientos de las autoridades, a la vez que los voluntarios convivían hombro a hombro con los militares en el mismo plano de esfuerzos. Todos aportaban su mejor opinión para informar a la sociedad. Leímos las notas de profesionales y especialistas, como ingenieros, médicos, activistas sociales, politólogos, entre otros. Con esta edición, preparada al calor de los acontecimientos, quisimos ofrecer el punto de vista de varios historiadores, cuya profesión es hacer preguntas al pasado, en este caso para producir “historia viva”.