Asesinado en Huitzilac, Morelos

El constituyente y revolucionario Rafael Martínez de Escobar
Alejandra Pérez Reguera García y Alfonso Pérez Reguera Martínez de Escobar

 

Acaban de cumplirse noventa años de la matanza (tragedia) de Huitzilac (Morelos), un acontecimiento histórico poco recordado en México y que algunos han considerado que fue perpetrado por los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Aquel 3 de octubre de 1927 murieron personajes militares y civiles. Entre los primeros los generales Francisco Serrano y Carlos A. Vidal; en los segundos, el diputado constituyente Rafael Martínez de Escobar.

 

 

Martínez de Escobar, distinguido tabasqueño, era conocido en su estado con el sobrenombre de Gallo Canelo; dicen que Gallo por aventado y rebelde, y Canelo por “rojillo”, en referencia a sus ideas de justicia social que entonces se vinculaban con el comunismo. Más adelante, en el ambiente político en el que se desarrolló, sus seguidores lo apodaron Lengua de Plata, por la calidad de sus piezas oratorias.

 

Revolucionario

 

Nuestro personaje nace el 12 de abril de 1888 en la hacienda del Rosario, en el poblado de Huimanguillo, Tabasco. En 1907 llega a Ciudad de México para estudiar la carrera de derecho. Poco tiempo después, Francisco I. Madero lanzó su campaña para enfrentar al gobierno de Porfirio Díaz bajo el lema “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Ante el fracaso de la vía legal, en 1910 el coahuilense iniciaba la Revolución mexicana.

 

Desde que esta comenzó, Rafael se afilió al movimiento antirreeleccionista y formó parte de diversos clubes políticos. Sus dotes oratorias y sus ideas lo hacen descollar. Así, lo vemos participar en la lucha de los estudiantes contra el régimen porfirista.

 

En 1911 formó parte de la comisión de estudiantes que se presentó en Palacio Nacional para pedir la renuncia de Díaz. Rafael no descuidó sus estudios y el 3 de julio de 1912 recibió el título de abogado. Su despacho estaba siempre lleno de jóvenes que se reunían para hablar de la nueva etapa del país.

 

En 1913 Madero fue traicionado y asesinado. Más tarde, en Tabasco, un grupo de generales planeó colocar un gobierno legítimo en el país y en esta entidad. Luego, el general Pedro C. Colorado lo invitó a trabajar con él como su secretario particular. En esa calidad asistirá a la Convención de Aguascalientes en 1914.

 

Tras el derrocamiento del gobierno de Victoriano Huerta, Martínez de Escobar entró el 13 de septiembre de 1914 a San Juan Bautista, la actual Villahermosa, con las fuerzas revolucionarias victoriosas del general Pedro C. Colorado y de otros generales. Se convirtió en uno de los oradores oficiales de la revolución en Tabasco. “Sus discursos y arengas se escuchaban por todo el estado en aquella época de transición política y social. Lo mismo en la plaza pública, que en el Teatro Merino donde se efectuaban las asambleas revolucionarias. El auditorio revolucionario escuchaba su voz vibrante valiente, de giros incendiarios y pensamientos atrevidos llenos de fuego y rebeldía”.

 

Lengua de Plata y la Constitución de 1917

 

Siguió la lucha entre las facciones revolucionarias y el grupo triunfante fue el encabezado por Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. A finales de 1916, con la convocatoria para redactar una nueva constitución, muchas agrupaciones políticas en Tabasco propusieron como diputado constituyente de su estado a Martínez de Escobar. En los periódicos de la época se puede ver cómo reconocían en él a un idealista siempre dispuesto a decir lo que sentía.

 

Rafael viajó a Querétaro, donde se reunió el Congreso constituyente que firmaría la carta magna de 1917. Para los considerados “radicales”, entre los que estaba nuestro personaje, el proyecto constitucional carrancista no atendía los cambios que demandaba el país y que habían provocado la lucha revolucionaria. Desde el principio, algunos vieron en él una nueva organización y redacción de la Constitución de 1857, con las reformas que se le habían hecho a lo largo de los años y la corrección de algunas de sus deficiencias.

 

Por otro lado, el grupo “conservador” o “reformador” iba a ser el responsable de defender el proyecto presentado por Carranza, en cuya elaboración habían participado varios de sus principales representantes. Así, la lucha de fondo en el Congreso constituyente se va a dar entre grupos revolucionarios con distintas visiones. Uno de ellos, deseoso de grandes modificaciones acordes al movimiento revolucionario que se había dado en el país; el otro tratando de mantener, en lo posible, las estructuras de gobierno, adaptándolas a los nuevos tiempos.

 

En cuanto a la composición de los miembros del Congreso, estos formaban un grupo heterogéneo. Los había civiles y militares; pocos tenían grados universitarios y menos aún preparación en temas jurídicos. Había obreros, profesionistas, pequeños comerciantes, terratenientes, poetas y maestros, entre otras profesiones y oficios. Lo mismo sucedía en lo referente a la edad: los más jóvenes estaban entre los veinticinco y los veintiocho años, como Rafael, y los más viejos en los sesenta. “Los había muy toscos y duros, y otros, de carácter gentil, preocupados por cuestiones humanitarias. Rafael Martínez de Escobar se emocionaba intensamente al discutir los apremios del trabajador”.

 

La participación de Martínez de Escobar en la elaboración de la carta magna se dio en casi todos los nuevos temas y propuestas principales. Lo vemos activamente en la discusión de las garantías individuales, la no reelección, el centralismo y el federalismo, el presidencialismo, la división de poderes, la representación popular, la propiedad del subsuelo, el municipio libre, las relaciones del Estado con la Iglesia, la libertad de prensa y el concepto de la nacionalidad, o en el artículo 27, el 123 y las relaciones obrero-patronales, el 3º y la educación laica, entre otros.

 

No a la reelección presidencial

 

De las participaciones de nuestro personaje en el constituyente, hemos decidido destacar una de ellas: el debate sobre la no reelección, que posteriormente lo llevará a la muerte.

 

 

Esta publicación es sólo un fragmento del artículo "Asesinado en Huitzilac" de los autores Alejandra Pérez Reguera García y Alfonso Pérez Reguera Martínez de Escobar, que se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 111.