La base de las alianzas de Cortés con los enemigos de los mexicas no era la superioridad militar, ni la pólvora o los caballos, sino el encono y el deseo de revancha de tlaxcaltecas, totonacas, cempoaltecas, otomíes, mixtecos, etcétera, quienes vieron en los españoles la posibilidad de deshacerse del yugo de la Triple Alianza.