La noche del 14 de noviembre de 1733, un asiduo público se agolpa expectante a las afueras del Teatro Sant’ Angelo, en la ciudad de Venecia, ávido de presenciar el estreno mundial de la más reciente ópera compuesta por el monumental e insigne violinista, sacerdote y compositor italiano Antonio Lucio Vivaldi. En los pasillos del teatro, antes de comenzar, la gente comenta al respecto y se percibe en el ambiente que la curiosidad es la invitada especial de aquella velada. El nombre de la ópera a todos inquieta: Motezuma.