Uno de los libros mejor recibidos de Ramírez fue Datos para la historia del Colegio de Minería bajo la forma de efemérides, donde relata los acontecimientos más importantes de dicha institución ocurridos de 1777 a 1867.
Dublán es reconocido como uno de los mejores secretarios de Hacienda del siglo XIX; sin embargo, es poco conocido por ello. Además, es autor, junto con José María Lozano, de Legislación mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas expendidas desde la Independencia de la República, un exhaustivo trabajo publicado en más de cuarenta tomos.
En la campaña presidencial de Estados Unidos en 1848, los opositores del general Zachary Taylor criticaban que su único “mérito” eran las muertes que había causado en la reciente invasión a México.
La vida de Modesta Abascal aún está por escribirse. Modesta fue costurera y militante del Partido Liberal Mexicano en la Ciudad de México. Desde 1900 empeñó su vida en la lucha por los derechos de las mujeres…
Entre los protagonistas de la oleada democrática de 1968 se halló Rius; no en las asambleas o en los mítines, sino como proveedor de las lecturas de los millones de adictos al micromundo de San Garabato, Cuc., ese pueblo donde los supermachos aguantan sin chistar los abusos de un presidente municipal empistolado. Y fue esta generación la que hizo posible que sus historietas alcanzaran tirajes semanales de hasta 250 000 copias para expandir la libertad de la crítica por medio de la burla hacia el poder.
“El mejor del mundo”, fue el epíteto que la crítica, la prensa internacional, los profesionales de la música y el público del siglo XX usaban para referirse al extraordinario trompetista Rafael Méndez. Algunos incluso lo ponían por encima de figuras como Louis Armstrong. Y pese a ser toda una leyenda, apenas es conocido por un puñado de mexicanos.
Uno de los mejores ejemplos de la arquitectura posrevolucionaria
Inaugurado con el nombre de Teatro Cívico Álvaro Obregón en 1934, como parte del conjunto del mercado Abelardo L. Rodríguez, este recinto constituye uno de los mejores ejemplos de la arquitectura posrevolucionaria. Por su carácter y objetivos, desde un inicio fue llamado Teatro del Pueblo, nombre con el que se le conoce hasta hoy.
El estilo poético de Urbina se ha definido como romanticismo “contenido” o “pudoroso”, o modernismo “sobrio”. Él se refirió a su adaptación a ambas corrientes: “Los modernistas no me reputan como suyo porque me consideran romántico; los románticos no me tienen como suyo porque me encuentran modernista”.
Prieto animó con sus letras muchos de los periódicos mexicanos más importantes del siglo XIX, como El Monitor Republicano, La Orquesta, El Semanario Ilustrado, El Federalista, El Tiempo y El Universal.
La portada del número dos de Los Agachados muestra los perfiles de Calzónzin y de Gumaro a Secas; eran pasado y presente, los protagonistas de sus dos revistas, la historia que terminaba y la que comenzaba. Atrás quedaban Los Supermachos, fenómeno que había generado obras de teatro, una película, la búsqueda constante de ejemplares y el recuerdo en la memoria de la generación que se atrevió a enfrentarse al Estado en 1968 y en las décadas de los setenta y ochenta.