Aquel 12 de julio, desde Carolina del Norte, comenzaron a enviar un perturbador mensaje: el avión del capitán Carranza no aterrizó a la hora prevista. La alarma cundió por todo Estados Unidos. Había salido de Nueva York pocas horas antes. Aun advertido de las pésimas condiciones climáticas, despegó embocando una fuerte tormenta para cumplir con la terminante orden recibida desde México por el general Joaquín Amaro…
Por el umbral de este negocio se vio cruzar tanto a un experimentado Saturnino Herrán como a un joven Diego Rivera o a la extravagante Kahlo. Pero no solo a ellos, pues frente a su mostrador se han parado los más importantes artistas visuales mexicanos del siglo XX y aun del XXI: de David Alfaro Siqueiros a Rufino Tamayo, del recién fallecido José Luis Cuevas a Luis Nishizawa, de Rafael Coronel a Adolfo Mexiac, de Pedro Friedeberg al ruso-mexicano Vlady, de Arturo García Bustos a Manuel Felguérez, de Rina Lazo al oaxaqueño Francisco Toledo…
El grupo sonorense, encabezado por el general Álvaro Obregón, derrocó en 1920 al presidente Venustiano Carranza. En 1923 sufrió una escisión con el levantamiento de su antiguo aliado Adolfo de la Huerta. Un año después, en medio de la carrera presidencial para suceder a Obregón, El Universal publicó un par de caricaturas de apoyo a la candidatura oficial de Plutarco Elías Calles.
Tras una gestión internacional, los restos del expresidente Mariano Arista fueron trasladados en 1881 a México y colocados en la Rotonda de los Hombres Ilustres de la capital del país.
Arlindo dos Santos abrió el marcador parcial de 1-0 a favor del América gracias a su gol. El duelo con el Torino terminaría empatado a dos anotaciones.
Tras derrocar a Venustiano Carranza, el general Álvaro Obregón, al frente de los seguidores del Plan de Agua Prieta, entró triunfalmente a Palacio Nacional el 9 de mayo de 1920.
Esta gran exposición, compuesta de 26 increíbles dioramas que ilustran escenas de varios cuentos y leyendas con la finalidad de motivar a los visitantes a conocer, investigar y leer acerca de estas narraciones, estará abierta al público hasta el 10 de septiembre en el Museo de El Carmen, en el barrio de San Ángel, Ciudad de México.
Resaltar la ornamentación floral presente en diversos atuendos típicos de México es el objetivo de esta muestra que nos da la oportunidad de conocer 30 trajes contemporáneos de mujer, elaborados a mano por artesanos de nuestro país.
Ruinoso lujo extranjero, en el pueblo alto extendido. El medio muy abatido, y el bajo de limosnero. La ley convertida en cero, el gobierno sin acción, conatos de insurrección, por todos en general. Esta es del México actual la exacta definición. (Periódico El Cosmopolita, 21/Jul/1841)
Estados Unidos pagaría diez millones de dólares por La Mesilla, con un adelanto de siete millones y tres más cuando quedara concluida la línea divisoria. Santa Anna dirigió desde México las transacciones y dispuso del dinero directamente. Le ordenó a Arrangoiz destinarle 15 000 pesos para sus gastos personales, que él llamó “comisión secreta”. El 86 por ciento de lo que Francisco de Paula sacó de los bancos de Nueva York fue a parar para reembolso de los adelantos de prestamistas. A Barrón, los hermanos Mosso, Iturbe, Rubio, Mier y Terán, Juan Rondero, José Ramón Pacheco, Jecker, Torre y Cía. se les pagaron los adelantos con su consabido interés. Del total, 42.7 por ciento fue a parar a manos de Escandón, el consentido del régimen.
Los negocios de la burguesía en el último gobierno de Antonio López de Santa Anna
Una de las imágenes más populares y recurrentes de Antonio López de Santa Anna es la que dejó de su último gobierno (20 de abril de 1853 al 12 de agosto de 1855): la de un dictador que aumentaba los impuestos de manera indiscriminada y absurda, de autoritario, “vendepatrias” y traidor. Hay que agregar otras facetas del personaje que merecen atención: la del gobernante que hizo negocios desde el poder y que otorgó concesiones, permisos y licencias a discreción. Que ligó las finanzas públicas al tráfico de influencias para favorecer a militares, políticos y empresarios-agiotistas que le allegaban recursos a través de préstamos. El espacio de negociación que abrió el Ejecutivo con los dueños del dinero permitió la corrupción.