El 19 de mayo de 1822, por decreto del Congreso Agustín de Iturbide es nombrado Emperador, el 20 de julio de ese mismo año es Coronado y el 19 de marzo de 1823 abdica al trono y se exilia.
El 28 de septiembre de 1821 se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano pronunciada por su Junta Soberana. También se instaló la Junta Provisional Gubernativa que estableció como Presidentes de la Regencia a Agustín de Iturbide, Manuel de la Bárcena, Isidro Yáñez y Manuel Velázquez de León. La Junta Provisional Gubernativa permaneció en el poder del 28 de septiembre de 1821 al 18 de mayo de 1822.
Al inicio del sitio de Puebla, Guillermo Prieto escribió: “Si se toma un fuerte, quedarán los otros fuertes. Después quedan las torres de las iglesias, los patios, los cementerios, los claustros, las celdas […] Y cuando todo se haya perdido tendremos todavía por patria una tumba”.
El 2 de abril de 1867 las fuerzas del Ejército Republicano de Oriente, encabezadas por el general Porfirio Díaz, tomaron la ciudad de Puebla, defendida por los partidarios del emperador Maximiliano y algunos legionarios austriacos, últimos restos del ejército invasor que había sido combatido sin descanso por los mexicanos durante cinco largos años.
Recuerdos de la batalla contra los imperialistas ganada el 2 de abril de 1867 por el ejército del general Porfirio Díaz
El 27 de abril de 1867, el gobierno de Puebla declaró Benemérito del Estado en grado heroico al general Porfirio Díaz. También decretó que se colocara su retrato en el Salón de Sesiones del Congreso y se erigiera un monumento público –que nunca se realizó– en recuerdo de la batalla del 2 de Abril contra los imperialistas.
La fabricación de cemento Portland mexicano se remite a la producción de cal hidráulica y piedra artificial durante el Porfiriato (1877-1911). Las primeras construcciones hechas de este material fueron el Gran Canal de Desagüe e infraestructura en el puerto de Veracruz. Su eficacia para las obras públicas impulsó la creación de la primera cementera a gran escala en México, la fábrica de Jasso, la cual desde finales del siglo XIX comenzó a producir y distribuir este material, con lo que dio lugar no solo al surgimiento de una nueva industria en nuestro país, sino que sentó el precedente de una empresa de renombre hasta la actualidad: La Cruz Azul.
Imaginemos un lector en Nueva España en una sala llena de los libros más selectos. Imaginemos que vive en la Puebla de los Ángeles y que es el siglo XVII. Imaginemos, en fin, que se sienta ante una mesa de fina madera, toma un ejemplar, huele sus fojas, palpa sus caracteres y comienza a leer… y a pensar.
En medio de una grave crisis económica, las campañas nacionalistas con tintes racistas y xenófobos convirtieron a los chinos en el chivo expiatorio del desempleo y la competencia desleal hacia los trabajadores mexicanos. Los gobiernos posrevolucionarios aprobaron leyes antimigrantes y la Secretaría de Gobernación envió inspectores para realizar investigaciones en los principales puertos o fronteras del país donde vivían o podían ingresar los asiáticos.
El estadio Ciudad de los Deportes está a su máxima capacidad. Es 1975 y Mike, fiel seguidor a lo largo de los años, arenga a la tribuna naranja con el “¡Pieles Rojas, Pieles Rojas!”. Los pupilos del coach Manuel Rodero Garduño están por saltar al campo en la capital mexicana. Sus relucientes cascos blancos con sus jerséis “naranja Texas” con fundas blancas son vislumbrados por sus rivales por el campeonato, los Borregos del Tec de Monterrey. La larga espera llega a su fin cuando los jugadores corren orgullosos hacia el centro del campo. La tribuna grita aún más fuerte y los Pieles Rojas están en el terreno de juego listos para hacer historia.
El Atlante también tuvo como sede el estadio Azteca. Fue el primer equipo en disputar un partido nocturno en este recinto en 1966, cuando se enfrentó al poderoso Valencia español y en el que no faltó la exacerbada pasión futbolera.