Abelardo L. Rodríguez

Gerardo Díaz

 

Además de gobernador de Baja California y presidente de México, el General Rodríguez fue un empresario impulsor de la industria aeronáutica nacional

 

 

De 1923 a 1930, Abelardo L. Rodríguez fue gobernador del Distrito Norte de Baja California, como se le llamó oficialmente a esta demarcación mexicana hasta antes de convertirse en estado en 1952. La de aquellos años fue una época en la que se intentó recuperar la estabilidad política y económica en toda la nación tras la Revolución de la década anterior. Entonces, una de las ideas del general Rodríguez fue conectar mejor el aislado territorio bajacaliforniano con el resto del país mediante el nuevo medio de transporte que tanto daba de qué hablar: la aviación. Pensaba que de esta manera se reactivarían no solo las comunicaciones, sino también la economía de la región.

 

Así, en 1927 pudo consolidar la primera empresa de aeronáutica de Baja California, luego de comprar en Estados Unidos la maquinaria necesaria para la fabricación de aviones. Para marzo de 1928, se produjo la primera aeronave, llamada Baja California Número 1 (BC-1).

 

El capitán Luis Farell tendría la misión de hacer el primer vuelo de larga distancia que partiría de Mexicali. Sin embargo, el viaje fue algo amargo. Si bien el aparato llegó a Mazatlán, Sinaloa, más adelante tuvo un percance que lo llevaría a un aterrizaje forzoso.

 

Con todo, se vislumbró éxito en la tarea y se decidió la construcción de un nuevo aeroplano, el BC-2, al cual se habían hecho las modificaciones necesarias para ser capaz de llegar a Ciudad de México sin escalas. Este evento sin precedentes contó con el apoyo del gobernador Rodríguez y de la sociedad, que incluso llevó sus automóviles para iluminar la pista y permitir así la partida de madrugada de la aeronave que buscaba llegar a la capital del país también en óptimas condiciones de luz para aterrizar.

 

El trayecto del BC-2 fue cronometrado en catorce horas y 45 minutos. En Ciudad de México, el piloto Roberto Fierro Villalobos fue recibido en el campo aéreo de Balbuena por el presidente Plutarco Elías Calles, quien notificó el logro al gobernador de Baja California.

 

A pesar de los esfuerzos de Rodríguez, quien incluso más tarde fue comisionado por el presidente Emilio Portes Gil para estudiar a fondo diversos casos de aviación en Europa, la empresa no logró afianzarse y, ante la falta de apoyos y pedidos, dejó de existir casi a la par que el gobierno de Rodríguez en Baja California.

 

Hoy el principal aeropuerto de la entidad rinde homenaje al gobernador –que posteriormente sería también presidente de México– por impulsar la aeronáutica nacional desde dicha península. Cabe señalar que el Aeropuerto Internacional de Tijuana es uno de los cinco más importantes del país debido a la cantidad de vuelos y personas que lo utilizan diariamente.

 

 

El artículo "Abelardo L. Rodríguez" del autor Gerardo Díaz se publicó en Relatos e Historias en México, número 120. Cómprala aquí.