Mientras Tampico se encontraba sitiado por las fuerzas federales, el general Sóstenes Rocha ordenó bombardear las fortificaciones del puerto para quebrar la defensa de los alzados. El 11 de junio de 1871 terminó el sitio a Tampico, con 245 muertos y 76 heridos entre los sublevados, así como 335 prisioneros. En las filas federales hubo 110 muertos y 245 heridos.