Sobre el vandalismo de las estatuas

La Redacción

En casi todo el mundo, y México no es la excepción, algunos medios reproducen obsesivamente las imágenes de reducidos grupos de encapuchados que rompen vitrinas, asaltan tiendas, destruyen autos.

 

Hace más de diez años, en Europa, ese tipo de acciones fueron reivindicadas por grupos llamados Black Bloc, que se replicaron en muchos países, también en Chile o México, y las causas de las protestas usualmente son opacadas por esos actos.

Algunas crónicas convierten el acto vandálico de esos grupos en la noticia principal, no el rechazo a los crímenes, al racismo o a la brutalidad policial que, en efecto, han dejado testimonios con tinta roja o “glitter”. Eso lo vimos en México, por ejemplo, en la marcha del 9 de marzo de 2020, en la que decenas de miles de mujeres protestaban (de nuevo) contra la violencia y los miles de feminicidios que ocurren cada año en el país. Pero las cámaras de algunos noticieros pusieron más atención a las vidrieras rotas y al asalto a negocios, que a las exigencias de la multitud.

Es una especie de sinécdoque visual (que toma la parte por el todo) que el dibujante italiano Marco Marilungo retrató perfectamente, en una sencilla y muy didáctica viñeta en 2011. Desde entonces ese dibujo circula profusamente por las redes sociales en ocasión de marchas masivas de protesta.

 

Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #146 impresa o digital:

Las estatuas también mueren. Versión impresa.

Las estatuas también mueren. Versión digital.

 

Recomendaciones del editor:

Si desea saber más sobre las estatuas y su historia, dé clic en nuestra sección “Las estatuas también mueren”

 

Title Printed: 

Las estatuas también mueren