Leandro Valle y Miguel Miramón eran los mejores amigos en el Colegio Militar de Chapultepec. Tenían catorce años cuando combatieron al invasor estadounidense como cadetes; eso fue en 1847. El destino quiso separarlos al haber tomado el sendero de la guerra en ejércitos enfrentados: en 1858 ambos eran generales, pero uno del ejército republicano y otro del conservador. Ni la guerra ni la distancia política segó la amistad entre ambos, aunque los dos pagaron con su vida la adhesión a sus respectivas causas. Leandro murió fusilado en 1861 y Miramón en 1867. En esta semblanza de Valle se muestran los rasgos humanos de uno de los grandes combatientes liberales del siglo XIX.