Ricardo Lugo Viñas

  • Un pedestal para la emperadora

    Un pedestal para la emperadora

    Ricardo Lugo Viñas

    Aquella empresa fue un tormento. El tormento de cientos de Sísifos condenados a empujar una piedra. No cualquier piedra, pues cuando hablamos de Rusia todo es descomunal, granítico, colosal. Era la piedra más grande del mundo movida por humanos. Un ciclópeo peñasco de granito de 1,500 toneladas que fue arrastrado seis kilómetros hasta el corazón de San Petersburgo. Una mujer fue la responsable de aquella misión: la zarina Catalina II, también llamada Catalina la Grande.

  • Arthur Cravan, el poeta boxeador

    Arthur Cravan, el poeta boxeador

    Extranjeros perdidos en México

    Ricardo Lugo Viñas

    Cravan fue un joven rebelde, libertario, poeta, pugilista y considerado precursor del dadaísmo, generalmente inmerso en severas carencias económicas y abrumado por la vida.

  • El centauro de un gran imperio

    El centauro de un gran imperio

    Ricardo Lugo Viñas

    Fundamental fue la figura del caballo para Gengis Kan. Se dice que solía repetir, una y otra vez, “¿qué es un mongol sin su caballo?”.

  • Jorge Luis Borges vino a México a “platicar”

    Jorge Luis Borges vino a México a “platicar”

    Ricardo Lugo Viñas

    Era la primera vez que Borges se encontraba en nuestro país. Había sido convencido por el escritor e investigador Miguel Capistrán para que, finalmente, visitara México, con la intención de recibir un simbólico reconocimiento literario que había sido creado para que él fuera el primero en recibirlo, pues llevaba el nombre del que consideraba uno de sus más íntimos amigos y maestro: el Premio Internacional Alfonso Reyes.

  • Albert K. Owen y su proyecto socialista en Sinaloa

    Albert K. Owen y su proyecto socialista en Sinaloa

    La utopía de Topolobampo

    Ricardo Lugo Viñas

    Considerado uno de los últimos proyectos del socialismo utópico, la Pacific City de Owen contemplaba la existencia de un ferrocarril que conectara el litoral sinaloense con las costas de Virginia, en Estados Unidos, atravesando la sierra Tarahumara.

  • La derrota de Napoleón en Waterloo y su afición por los caballos

    La derrota de Napoleón en Waterloo y su afición por los caballos

    Ricardo Lugo Viñas

    Son las once de la mañana del 18 de junio de 1815. Napoleón Bonaparte cabalga en su famoso Marengo –un esbelto, gallardo y vivaz caballo blanco de estirpe árabe– frente a sus tropas antes del inicio de la batalla.

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