Historia del cine

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “A paso de cojo”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “A paso de cojo”

    (Luis Alcoriza, 1978)

    Marco A. Villa

    Lisiado, cojo, medio ciego, enano, epiléptico... pero todos y cada uno listos para la batalla, al igual que su furibundo comandante manco. Son los años de la Guerra cristera en México y el cura del pueblo los ha azuzado para que integren una tropa que defenderá con vehemencia su causa en favor de la religión católica que profundamente guardan, alentados por su gran compromiso y la guía del Salvador. A pesar de haber sido menospreciados por sus condiciones físicas antes, ellos ahora han elegido que se convertirán en fortalecidos soldados de Dios.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “El Santo contra los villanos del ring”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “El Santo contra los villanos del ring”

    (Alfredo B. Crevenna, 1966)

    Marco A. Villa

    Esta película, considerada entre lo mejor de su filmografía a pesar de no haber luchado contra grandes personajes taquilleros de la talla de Drácula, el Doctor Muerte o las mujeres vampiro, da cuenta de su voluntad histriónica apegada a su talento como luchador y carisma.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Modisto de señoras”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Modisto de señoras”

    (René Cardona Jr., 1969)

    Marco A. Villa

    Excéntrico, cándido, pero sobre todo un estricto profesional, el elegante modisto parece gozar de gran aceptación entre las mujeres de la clase alta mexicana.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “El rey”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “El rey”

    (David Michôd, 2019)

    La Redacción

    La batalla de Agincourt entre Inglaterra y Francia tuvo una joven mente maestra: el rey Enrique V.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Retorno al pasado”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Retorno al pasado”

    (Jacques Tourneur, 1947)

    La Redacción

    No hacía mucho que Jeff había salido en busca de la bella Kathie cuando tuvo la certeza sobre su paradero, después de hallar pistas en Nueva York. Él era un inescrupuloso detective privado y ella una prófuga, acusada de robarle miles de dólares a su acaudalada pareja: el hampón Whit Sterling. Jeff arribó entonces a una Ciudad de México que estaba ya densamente transitada a mitad del siglo pasado.

  • ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Los caifanes”

    ¡Vamos al cine! Les recomendamos “Los caifanes”

    (Juan Ibáñez, 1967)

    La Redacción

    En el argot de la época, llamaban caifán, principalmente en el ambiente de la vida nocturna, a aquel que “las puede todas”, que tiene arrojo, que no escatima al correr riesgos y vive desbocado en la aventura. Otra variante indica que los bailadores de cabaré, y hasta los padrotes, también eran nombrados de esta manera.

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