La célebre escena del encuentro entre el representante terreno de Tezcatlipoca y Hernán Cortés (el 8 de noviembre de 1519), resume el arduo misterio del cruce de dos civilizaciones desconocidas entre sí. La interpretación de los temores de Moctezuma se repiten hasta el presente. Atendiendo al lenguaje corporal de Cortés, dibujado por los informantes de Sahagún en el Códice Florentino, devela, sin tantos equívocos, a un Hernán mustio e insignificante.