La mayoría de los asiáticos avecindados en Nueva España trabajaban como esclavos de los hacendados españoles. Con el paso de los años, los pobladores libres formaron pequeños caseríos. Algunos chinos libres se avencidaron en las repúblicas de indios, donde se casaron con indígenas y mulatas e incluso alcanzaron cargos importantes. En Huitzuco, en el norte del actual Guerrero, un indio filipino se desempeñaba como gobernador a fines del siglo XVII.