El 27 de abril de 1867, el gobierno de Puebla declaró Benemérito del Estado en grado heroico al general Porfirio Díaz. También decretó que se colocara su retrato en el Salón de Sesiones del Congreso y se erigiera un monumento público –que nunca se realizó– en recuerdo de la Batalla del 2 de Abril contra los imperialistas.
Desde entonces y hasta 1910 se realizaron cada año ceremonias y festejos, acompañados con inauguraciones de obras públicas, apertura de calles, escuelas y todo tipo de expresiones artísticas referentes a la fecha que glorificaba a quien ya era presidente de la República. Una de las últimas conmemoraciones en la ciudad de Puebla ocurrió en 1909 y fue patrocinada por el ayuntamiento y aprobada por el jefe político del distrito, Joaquín Pita.
La fecha dejó de celebrarse después de la Revolución, aunque todavía quedan numerosas calles y escuelas que recuerdan el 2 de abril en muchas ciudades de México y, por supuesto, en diversas comunidades del estado de Puebla, como en San Miguel Xoxtla, San Francisco Tepeyecac, Huejotzingo, entre otras.
En la capital poblana solo existen los vestigios de las placas con las inscripciones “Calle 1ra. Dos de Abril”, “Calle 2da. Dos de Abril” y “Calle 3ra. Dos de Abril”. El retrato del general que estuvo en el Salón de Sesiones del Congreso se halla en el Museo Casa de Alfeñique y otra copia en el Museo de la No Intervención, ubicado en el fuerte de Loreto. En la torre norte de la catedral poblana se aprecia el daño de un cañonazo de aquella batalla.
En el panteón de La Piedad, uno de los más antiguos de la ciudad, hay una tumba en cuya lápida se lee: “Restos mortales de los señores defensores de Puebla fusilados el 2 y 3 de abril de 1867, RIP”. Y en la esquina de la calle 16 de Septiembre y avenida 3 Poniente, en el centro, una placa señala: “A la memoria del general D. Juan Crisóstomo Bonilla, Gobernador y Benemérito del Estado quien el 2 de abril de 1867 al frente de su columna fue el primero en llegar a este punto ocupando la plaza”.
Y en el Museo de la No Intervención (fuerte de Loreto), un cuadro de cobre repujado, que es una versión de la obra de Francisco de P. Mendoza Batalla del 2 de Abril, luce la siguiente leyenda: “Ejemplar obsequiado por El Heraldo al Señor General Don Porfirio Díaz, héroe de esta jornada”, y enmarcan la escena los nombres de catorce generales de dicha batalla. La obra fue donada por la señora Marie Therese Gatouillat de Díaz el 2 de julio 1957. Y en El corrido a Puebla, del poeta José Recek Saade, recuerda en su tercer párrafo a Porfirio Díaz como uno de los grandes héroes de la entidad.
La reivindicación del 2 de abril en Puebla
El 9 de mayo de 2013, la LVIII Legislatura del Congreso local expidió un decreto para elevar a grado heroico la toma de Puebla del 2 de abril de 1867, pero fue hasta 2017 que en esta entidad se realizaron diversos eventos por el 150 aniversario de la batalla. Se organizó un coloquio en el Edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, organizado por el Archivo Histórico Municipal y el Archivo Histórico Universitario, en el que se expusieron documentos en gran formato referentes a dicho evento; se estrenó en el Auditorio de la Reforma la Séptima sinfonía, Abril al alba, dirigida por su autor Sergio Berlioz, con Elisa Ávalos (soprano), Rogelio Marín (tenor), el Coro Normalista de Puebla y la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo.
También diversas autoridades civiles y militares impusieron la condecoración de la Gran Orden “Victoria de la República” a reconocidas instituciones e historiadores mexicanos. Hubo un desfile cívico militar y una guardia de honor en el Panteón Municipal, ante el mausoleo del general Juan Crisóstomo Bonilla, y se colocó una placa conmemorativa en el Panteón Francés.
A 151 años, es meritorio que la ciudad de Puebla recuerde tan significativa gesta histórica.
El artículo “Memoria del 2 de abril en Puebla” del autor Pedro Mauro Ramos Vázquez se publicó en Relatos e Historias en México número 116. ¡Cómprala aquí!