Durante años, los estudiosos de este fenómeno han discutido si el nombre es el indicado o debería ser utilizado uno más cercano a rebelión o conflicto, además de dejar del lado la referencia a “castas”. Lo cierto es que este proceso iniciado en la península de Yucatán fue un enfrentamiento de enormes proporciones entre mayas orientales y sus aliados contra el gobierno estatal y federal durante más de medio siglo.
Y fue ahí, en el último aliento del partido que el capitán y defensa brasileño, Carlos Alberto, dejó en evidencia que el llamado jogo bonito no era exclusivo de los delanteros. En una bella jugada colectiva, en la que Clodoaldo se escabulle de cuatro italianos, el balón llega a la estrella Pelé, quien, observando el marco, prefiere ser generoso y respetar el enorme recorrido de su capitán desde su propia área y le pone un formidable balón directo al área enemiga. Fue ese cañonazo el que dejó alucinado al público.
Las primeras rutas fueron de Tampico a Brownsville, a Tuxpan y a Veracruz. Y en 1928 Plutarco Elías Calles le otorgó la concesión del primer servicio de correo postal, México-Tuxpan-Tampico. Se dice fácil, pero el gran reto de los Fairchild era saltar la Sierra Madre Oriental. Un vuelo muy arriesgado, especialmente con cielo nublado, ya que solo contaban con un altímetro y una brújula como sus instrumentos de vuelo.
En el verano de 1854, la bella y talentosa soprano Henriette Sontag –que había compartido con Beethoven soplos inolvidables de la historia de la música; elogiada por músicos como Héctor Berlioz o Gioachino Rossini, quien se refirió a ella como “la voz más pura de soprano”, o el poeta Johann Wolfgang von Goethe, quien le dedicó su poema La nueva sirena y le acuñó el mote de “Ruiseñor revoloteante” en alusión a la tesitura y el movimiento de su voz– moriría en la Ciudad de México, luego de seis días de álgida agonía.
El acueducto de Chapultepec fue construido por mano de obra indígena en el siglo XVI. Sus vestigios son también los más antiguos de su tipo en el valle de México. Las dimensiones reales del acueducto de Chapultepec pueden observarse en algunas litografías de la Ciudad de México, principalmente elaboradas entre los siglos XVIII y XIX. Hoy queda solo un poco de aquella extensa arquería.
El martirio de Santa Apolonia fue modificándose con el tiempo para minimizar el episodio de su suicidio y poner énfasis en la tortura con la que le arrancaron los dientes.
Aquella noche caviló y caviló hasta que, jugando con las acepciones de “tiempo”, finalmente se le ocurrieron aquellos versos que hasta hoy cantamos cada que amamos y añoramos la dicha inicua de perder el tiempo.
La ruta comercial entre Oriente y Occidente, por el llamado Pacífico mexicano, tiene una larga historia desde el siglo XVI, cuando se establecieron las bases de la primera integración de mercados y redes globales. China exportaba sedas, porcelanas, té, entre otros productos muy cotizados en Occidente, y los productos coloniales de la India y el archipiélago malayo, como algodón y especias, tuvieron un amplio trasiego hacia costas americanas. En este gran movimiento de barcos y agentes comerciales españoles, quienes intentaban controlar el traslado de mercancías valiosas, se generaron las condiciones para el tráfico mundial de opio y el sometimiento de China por parte de Inglaterra.
China, lejos de los paraísos artificiales y cerca de la guerra
El opio permitió a los ingleses la compra de algodón y té a bajo precio, y reingresar en sus arcas plata. Para 1790, el emperador chino lo prohibió, tras evidenciar los estragos que provocaba entre la población.
China y la plata mexicana. Todavía en el siglo XIX China no estaba dispuesta a comerciar con Occidente debido a su autosuficiencia económica y solo autorizaba exportaciones (seda, porcelana, té, etcétera) desde el puerto de Cantón, estrictamente vigilado por las autoridades imperiales chinas. Así, las relaciones comerciales eran favorables a China porque los europeos se veían obligados a pagar con plata mexicana la creciente demanda de sus productos, única mercancía aceptada por el imperio oriental. Los ingleses, frente al enorme desbalance comercial y sin productos que les interesaran a los chinos, promovieron el tráfico de opio a gran escala a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Así intentarían recuperar los cientos de millones de pesos plata que habían pagado en los primeros decenios del siglo.
El peso mexicano llegó a ser la moneda más común en China. También conocida como spanish dollar, dólares de cabeza o carolus, fue el metálico con el que era vendido y comprado el opio.