Compañías que comercializaban el opio

Plata y opio

Javier Torres Medina

El peso mexicano llegó a ser la moneda más común en China. También conocida como spanish dollar, dólares de cabeza o carolus, fue el metálico con el que era vendido y comprado el opio.

 

En el comercio triangular de Inglaterra tuvieron un importante papel las compañías comerciales que funcionaban desde la época colonial y que tuvieron que cambiar su estrategia comercial durante el proceso de guerra civil en Nueva España (1810-1821). Con la finalización de los viajes de la famosa nao de China o galeón de Manila, en 1815 los intereses de Manila, Cantón y Calcuta se unieron para reestructurar el comercio transpacífico bajo el control de funcionarios y empleados de la Real Compañía de Filipinas, como Lorenzo Calvo, Francisco Xavier Yrisarri y James Matheson, de origen vasco, quienes trataron de conservar una muy estrecha relación con la Nueva España y mantener sus posiciones, las cuales lograron expandir después de 1821, dedicándose de lleno al comercio del opio.

Varios puertos del Pacífico, como Acapulco, San Blas, Monterey y San Francisco, mantuvieron sus nexos con Oriente después de 1821 y continuaron recibiendo consignaciones de opio procedente de varios individuos y corporaciones de la India, entre los que destacaban Manuel Larruleta, que formaba la Mendieta, Uriarte y Cía., y la de Yrisarri, futuro socio principal de la destacada firma británica de Jardine, Matheson & Co. que en 1825 organizó sendas expediciones a Mazatlán, aprovechando las medidas favorecedoras del gabinete de Guadalupe Victoria y ante la expulsión de los españoles en 1827. De este modo se sentaron las bases del futuro comercio de textiles británicos por la plata mexicana que se utilizaría para las compras de opio. Así, la conexión sobre el comercio del opio en Cantón ya no fue directa entre los españoles y novohispanos con América, sino intervenida por los barcos mercantes ingleses.

Durante la década de 1830, varias casas inglesas y norteamericanas se establecieron en puertos mexicanos; entre ellas la casa Barron, Forbes & Co. en San Blas, que mandaba con cierta constancia a Cantón plata amonedada y en barras. De ahí, el metal se trasladaba a Bengala y Bombay, lo que servía para respaldar los certificados de préstamos en dólares que se podían cambiar en Londres por billetes (bills) y que servían para cubrir la salida de opio para su venta en Calcuta. La Jardine, Matheson & Co., también ubicada en San Blas, era la firma mercantil de mayor importancia que operaba en la costa de China durante el siglo XIX. Controlaba las transacciones realizadas en Hong Kong y en sus cuentas se anotaban minuciosamente los cargamentos de plata mexicana que se enviaban a su casa matriz en Londres, desde donde despachaban giros sobre esos fondos a Cantón para comprar sedas, té y porcelana que luego revendían en México. Esta compañía tenía nexos con Eustace Barron (o Eustaquio Barrón), Alexander Forbes y Jean Baptiste Jecker.

En junio de 1846 se estableció en Mazatlán la casa de origen norteamericano Mott, Talbot & Co., que pagaba las cuentas que tenía con China con el envío de plata en barras mediante la casa Jardine, Matheson Co. y pensaba en la posibilidad de enviar directamente pesos mexicanos a China para poder atender el creciente tráfico y cambiar por pesos mexicanos sus giros en libras esterlinas en Londres. En marzo de 1854, con la unión a la casa Jecker, Torrey & Co. de la Ciudad de México, mandaron un cargamento de veinte mil pesos mexicanos de plata desde Tepic hasta China.

El cambio con las divisas europeas era “muy desfavorable”, por lo que Jecker sugirió que los pesos se vendieran en México al tipo más reciente de Londres. Se pensó que podrían enviarse quinientos mil pesos a través de la casa Torrey, Knight and Co. de Tepic, ofreciéndose a aceptar un cincuenta por ciento de participación en el primer cargamento de mercancías chinas que viniera a México, para que los barcos no viajaran vacíos. Así, Londres se convirtió en el mercado más importante de compra de plata mexicana.

 

Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #164 impresa o digital:

“Plata y opio”. Versión impresa.

“Plata y opio”. Versión digital.

 

Recomendaciones del editor:

Si desea saber más sobre México y el origen del comercio mundial, dé clic en nuestra sección “Plata y Opio”.

 

Javier Torres Medina. Doctor en Historia por El Colegio de México. Profesor de Historia de México del siglo XIX en la FES Acatlán-UNAM. Sus investigaciones se han enfocado a la historia económica, específicamente en temas de historia fiscal y monetaria. Entre otras obras, ha publicado Centralismo y reorganización. La hacienda pública y la administración durante la primera república central de México, 1835-1842, y La consumación de la independencia en Querétaro. “El abrazo de San Juan del Río”, 1820-1821.

 

Title Printed: 

Plata y opio