En las clases altas, era común que las jóvenes accedieran al cortejo alentadas por sus familiares. En torno a ellas se organizaban bailes, tertulias, veladas y otros eventos donde solían mostrar su instrucción, belleza o “adornos” como tocar el piano o cantar. Acciones como tirar el pañuelo, agitar o cerrar bruscamente el abanico, eran parte del ritual de cortejo entre hombres y mujeres en el siglo XIX.
Ante la insuficiencia de maestros, el gobierno decidió crear un cuerpo de profesores dispuestos a iniciar las labores de un apostolado renovado y comprometido con las comunidades y sus habitantes.
A pesar de lo breve de su gestión, Vasconcelos fue mucho más que el creador de la primera institución revolucionaria, la Secretaría de Educación Pública.
Tras la proclamación del Plan de Iguala y la creación del Ejército Trigarante el 24 de febrero de 1821, bastaron siete meses para que nuestro territorio se emancipara de España. Tras una década de guerra, se puede pensar que esta etapa tuvo el mínimo derramamiento de sangre y que el virreinato simplemente se desmoronó políticamente. Lo cierto es que los fieles a la Corona continuaron peleando hasta el último poblado.
Guillermo Prieto hizo llorar a los asistentes al funeral con su oración fúnebre dedicada a Margarita Maza. Era un amigo cercano de la familia, a pesar de las diferencias que había tenido con el presidente.
Cualquiera puede tocar alguna de mis canciones, ¡cualquiera! Hasta la gente que no sabe tocar la guitarra, se puede sentar y en media hora tocarlas. Puede tocar Walk on the Wild side en diez minutos”, dijo alguna vez Lou Reed. Al expresar esto, quizá el músico neoyorkino de origen judío poco o nada pensaba en el fascinante universo lírico que creaba cada que componía sus canciones, algunas calificadas de corrosivas, otras de inigualables.
En varios relatos de la Revolución mexicana se menciona la existencia de una coronela zapatista, Margarita Neri, que habría participado en los primeros combates.