Nuestras Historias

  • La sabrosa historia del antojito mexicano

    La sabrosa historia del antojito mexicano

    María de los Ángeles Magaña

    La palabra antojito nos remonta a la idea de un alimento popular consumido por la mayoría de los mexicanos. Por su rica variedad, existen diferentes elementos que lo caracterizan y definen: puede ser basado en maíz, masa y harina, aunque otros opinan que es de preparación rápida, ricos en grasas y de bajo costo; algunos más afirman que debe llevar frijol y chile. Lo cierto es que deriva del término antojo, que significa “deseo apremiante y pasajero, habitualmente caprichoso”.

  • La Cocina Mexicana, una aventura milenaria

    La Cocina Mexicana, una aventura milenaria

    Guadalupe Rivera Marín

    Tras la Conquista, el mestizaje culinario y las características de cada región dieron como resultado una gran variedad de guisos y platillos.

  • La torta también quiere su lugar

    La torta también quiere su lugar

    Antojitos mexicanos

    María de los Ángeles Magaña

    En el afán de convertir a la sociedad de la capital del país en una de “mayor categoría”, se incitó al consumo del pan. ¿Por qué no poner lo mismo del taco dentro de una telera o un bolillo?

  • ¿Cómo nacieron los tacos?

    ¿Cómo nacieron los tacos?

    De canasta, al pastor, de pibil…

    María de los Ángeles Magaña

    Se ha dicho que tal fue la forma en que las mujeres, durante el siglo XVIII, enviaban los guisados para que sus esposos o familiares los degustaran en la comida; esto sucedía principalmente con los mineros.

  • ¡Los mejores tamales de puerco!

    ¡Los mejores tamales de puerco!

    Las más selectas recetas de 1831

    Con información de Fundación Herdez

    Así da cocimiento a sus delicados tamales el americano del Septentrión, con los que vamos a dar principio a este tratado.  

  • ¡Tamales de arroz rellenos de bienmesabe!

    ¡Tamales de arroz rellenos de bienmesabe!

    Las más selectas recetas de 1831

    Con información de Fundación Herdez

    Se lava el arroz y se pone á secar en una servilleta: cuando lo esté se pesa una libra, se remuele hasta que se haga polvo, y se echará en un cazo donde se va remojando con leche. 

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